La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, insistió este viernes en “la necesidad urgente” de que Siria “rinda cuentas” por crímenes contra la humanidad, al abrir una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

Pillay hizo hincapié en las conclusiones del informe revelado el lunes por la comisión internacional de investigación, mandatada por el Consejo de Derechos Humanos, que denunciaba crímenes contra la humanidad por las fuerzas de seguridad sirias.

Por otra parte, un experto de la Comisión Internacional de Investigaciones sobre Siria, que posee un mandato de la ONU, afirmó este viernes que las fuerzas de seguridad habían provocado la muerte de 56 niños en noviembre, el mes “más mortal” desde el estallido de la violencia en el país.

“Según fuentes dignas de fe, hasta ahora 307 niños fueron muertos por las fuerzas de seguridad. Noviembre fue el mes más mortal, con 56 niños muertos”, dijo Paulo Pinheiro durante una reunión especial del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU sobre la situación de los Derechos Humanos en Siria.

Los peritos de la Comisión, que fueron autorizados a ingresar al territorio sirio, hablaron con 223 familiares de víctimas, testigos y desertores del ejército sirio, entre los meses de septiembre y noviembre.

Ante esto Pinheiro dijo haber compilado pruebas sólidas mostrando que niños figuraban entre las víctimas de tortura y asesinados atribuidos a fuerzas de seguridad sirias.

La ONU estima que unas 4.000 personas murieron durante la sangrienta represión iniciada en marzo, y la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió que el país se encontraba “al borde de la guerra civil”.

“El extremo sufrimiento de la población, dentro y fuera de Siria, debe ser tratado como una cuestión de urgencia”, dijo Pinheiro.