El jefe de la policía judicial suiza, el cargo más importante de la policía en este país, fue suspendido por las autoridades a causa de su relación amorosa con una joven de origen ruso, que podía representar cierto riesgo.

Según el Tribunal Administrativo Federal, Michael Perler, de 42 años, cometió el error de pedir a sus subordinados que investigaran, por razones de seguridad, sobre su nueva compañera, y de haberla llevado con él en 2010 a San Petersburgo donde debía participar en una conferencia consagrada a los medios de luchar contra la mafia rusa.

Para el Tribunal Administrativo Federal, la función del jefe de la policía judicial federal es muy delicada, ya que le da acceso a informaciones confidenciales, entre ellas sobre los servicios de inteligencia interior y exterior.

Perler fue suspendido tras una investigación interna en la policía. “Se dejó llevar por sus sentimientos únicamente”, según el informe de los investigadores que criticaron su “ingenuidad” y su “irresponsabilidad”.

El jefe policial se defendió de estas acusaciones declarando que se había separado de la joven rusa, llamada Elena T., estilista y entrenadora de esquí en la estación de Saint Moritz, cuando fue informado de los resultados de la investigación.