La serie “Pan Am” se estrena con generoso presupuesto, Martin Scorsese gana su primer Emmy y artistas como Christina Ricci y Steve Buscemi actúan para la pantalla chica: la industria de la TV estadounidense vive una edad de oro gracias a internet, según especialistas.

“Hoy en día la gente mira televisión de manera diferente”, dijo a AFP el productor Paul Kurta. Por eso, “la inversión es fundamental si la televisión comercial quiere recuperar a una audiencia (…) que ve televisión en la computadora, en Netflix (un servicio de TV en línea), o que mira toda una serie de una vez” en un DVD.

“Ahora tiene que haber una razón para mirar televisión con avisos comerciales”, dijo Kurta, que coprodujo “Pan Am”, una espectacular apuesta de Sony estrenada el domingo sobre la era dorada de la aviación estadounidense, protagonizada por Christina Ricci.

Para que el público mire un programa cuando se transmite en la televisión con avisos comerciales y no luego en internet, “más vale que los programas sean muy buenos”, señaló el productor, quien también trabaja en “Hell on Wheels”, una serie ambientada en 1860 sobre la construcción de la vía transcontinental.

Las nuevas producciones reflejan esa apuesta.

“Boardwalk Empire” tiene como estrella al reconocido Steve Buscemi y su director, Martin Scorsese, una leyenda del cine, ganó la semana pasada su primer premio Emmy por su trabajo en esa serie sobre la mafia en los años 1920.

En tanto, el programa piloto de “Pan Am” costó entre 10 y 20 millones de dólares, dijo Kurta sin querer precisar la cifra, cuando el promedio para un episodio se sitúa entre dos y cuatro millones.

Esta semana se estrenó además la serie de ciencia ficción “Terra Nova”, que incluye viajes en el tiempo y escenarios dominados por dinosaurios, y cuenta con la producción ejecutiva de Steven Spielberg. Según informes de prensa, su piloto costó cerca de 20 millones de dólares.

“Es menos que ‘Boardwalk Empire’, pero mucho más que ‘Lost’”, reportó la revista Entertainment Weekly.

De acuerdo con Edward Epstein, politólogo y autor del libro “The Hollywood Economist: The Reality Behind The Movie Business” (2010), el mercado de DVDs, en el que la industria del cine basa buena parte de sus ingresos, se ha reducido “debido al uso de internet para mirar películas y ahora (los estudios) dependen de las ganancias de la televisión”.

El porcentaje de ingresos que representa la televisión para los estudios es de “87% para Warner Brothers, mientras para Disney es de cerca del 85% y para el resto (Fox, NBC Universal, Sony) es superior al 80%, excepto Paramount”, dijo Epstein a AFP.

Por otra parte, los grandes estudios están apostando más la televisión, cosa que se refleja en la calidad de los programas, debido a los costos de llevar una película -y al público- a las salas de cine.

Producir una cinta no necesariamente es caro gracias a la tecnología actual, “pero no se hace dinero difundiendo una película en YouTube”, dijo Kurta.

El problema no es la producción, sino que “muy pocos distribuidores quieren involucrarse (…) en las películas de bajo y medio presupuesto, de uno a 16 millones de dólares”, porque el precio de la distribución y el marketing no las hace rentables.

En cambio, una serie, que deja más utilidades netas, puede tener muchas vidas.

“Puedes venderla en los canales abiertos, luego en los canales de cable en Estados Unidos y a un creciente número de canales en el exterior”, dijo James Diz, analista de la firma de inversiones Wedbush Securities, a la radio NPR.

Entre el factor internet y el astronómico presupuesto de las películas, se ha creado una tormenta perfecta para la telivisión: como el riesgo es tan grande, “mucho talento del cine (…), escritores, directores y actores, quedaron con pocas opciones” y se han volcado a la pantalla chica, donde “hay suficiente libertad creativa para expresarse”, explicó Kurta.

Por supuesto, las películas pueden ser muy rentables, “pero sólo las grandes, las que ya tienen una marca o un nombre que la gente reconoce” y a esto se debe la abundancia de secuelas y remakes que inundan el mercado.