Miles de manifestantes volvieron el viernes a la Plaza Tahrir de El Cairo para acusar al ejército de dirigir al país sin transparencia y de perpetuar el dispositivo represivo del pasado, cuando faltan dos meses para elecciones legislativas bajo modalidades controvertidas.

Más de nueve meses después de la caída del presidente Hosni Mubarak, el 11 de febrero, los manifestantes regresaron a esta plaza, emblemática de la revuelta de principios de año, y que se ha convertido en el principal sitio de los mitines políticos.

Algunos manifestantes agitaban fotos mostrando a Mubarak acompañado por el mariscal Husein Tantaui, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y hombre fuerte del nuevo poder político.

El actor estadounidense Sean Penn, de visita en El Cairo, se unió a la multitud, acompañado por Khaled al Nabawi, un popular actor egipcio.

Los manifestantes denunciaron en particular la reciente ampliación del sector de aplicación de la ley sobre el estado de urgencia, pilar del sistema represivo en la época de Mubarak. También exigían el cese de miles de procesos de civiles en los tribunales militares.

Las críticas se referían igualmente a la vaguedad del calendario de instauración de un poder civil, prometido por los militares luego de una elección presidencial cuya fecha se desconoce.

Las modalidades de las elecciones legislativas previstas a partir del 28 de noviembre son muy criticadas en el mundo político y por los movimientos surgidos del levantamiento de principios de este año.

Una cláusula que reserva un tercio de las bancas a candidatos sin filiación política incrementa el temor de que ex legisladores vinculados al régimen de Mubarak, cuyo partido fue disuelto pero cuyas redes locales siguen siendo poderosas, vuelvan a surgir presentándose como “independientes”.