El ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Sacha Llorenti, negó este lunes en rueda de prensa, basado en reportes oficiales de la Policía, que una violenta represión el domingo contra una marcha de indígenas amazónicos haya provocado muertos o desaparecidos.
Llorenti formuló la aclaración ante versiones de los mismos indígenas de que la intervención policial arrojó un saldo no precisado de muertos, entre ellos un bebé de tres meses, y de más de unos treinta nativos que huyeron monte adentro para huir de los gases lacrimógenos.
“Acabo de conversar con el comandante general de la Policía que informa que no existe ningún reporte de personas desaparecidas ni de que habría menores fallecidos”, dijo el funcionario en conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno.
Los indígenas amazónicos habían emprendido hace cerca de un mes una marcha hacia La Paz para protestar por la construcción de una ruta que atraviesa una reserva ecológica.
Llorenti dijo que la acción policial contra la marcha de los indígenas fue legal, resultado de un “requerimiento fiscal”, y estuvo motivada por la intención de evitar potenciales escenarios de violencia, entre marchistas, colonos y pobladores de Yucumo (noreste de La Paz), opuestos a la caminata.
Agregó que en caso de constatarse excesos de violencia por parte de los uniformados, los casos serán sancionados, pues “cualquier acción policial debe llevarse adelante en el marco de respeto estricto a los principios de derechos humanos.
Llorenti afirmó que la marcha indígena dejó de ser pacífica por “las acciones de algunos elementos (disidentes políticos) que estaban en la marcha” y que el sábado instigaron a los indígenas a usar de escudo al canciller David Choquehuanca para romper un cerco policial.
El domingo “un grupo de 50 personas armadas con flechas fueron a hostigar al grupo de policías desplegados para evitar enfrentamientos. La policía reporta heridos en sus filas como fruto de esta arremetida”, añadió Llorenti.