La principal tarea y prioridad de la gestión del intendente Víctor Lobos, luego de asumir en abril pasado, fue la promesa de instalar agua potable en los campamentos. Esto en coincidencia con el senador Alejandro Navarro y en oposición a la gestión anterior de Jacqueline Van Rysselberghe. Incluso, se dio un plazo inicial de 30 días.

Hasta el momento no hay avances según algunos alcaldes, en contradicción con la cartera de Vivienda.

De los 84 campamentos que dejó el terremoto y que el Gobierno diferencia también con el nombre de aldeas, quedan en el Bío-Bío 77. La mayor cantidad de ellos donde ya se han instalado redes de agua potable y aguas grises. Todas con baños y lavaderos, según el Seremi de Vivienda, Rodrigo Saavedra.

El titular de la cartera en el Bío-Bío, afirmó que actualmente se cruza la información entre los campamentos que pronto se convertirán en proyectos habitacionales concretos donde están por ejemplo las 4 aldeas de Penco que no optaron por la medida.

Talcahuano está entre las prioridades y se trabaja en ello, dijo el Seremi, recién electo vicepresidente regional de RN.

Pero, ¿qué significa para la cartera de vivienda la instalación del agua potable? Según el seremi, significa llevar cañerías de PVC u otro material para acercar una llave a las viviendas y en esto están concentrados en la zona.

El Alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, fue el primero en entregarle al Intendente su proyecto de agua potable a las aldeas del puerto y contradice al Seremi.

Incluso enumera los campamentos sin agua potable, pese a la entrega de su proyecto para aquello.

El ítem del Gobierno que corresponde a otorgar buenos estándares de habitabilidad a las aldeas consiste en 1.300 millones de pesos, que fue entregado a los municipios del Bío-Bío en una primera partida que consideró el 50% de los recursos, para cuando éstos sean justificados a la autoridad entregar la suma restante, explicó el seremi de Vivienda.