Pedazos de un satélite de 20 años de antigüedad usado para medir la capa de ozono podrían caer la semana próxima en la Tierra, señaló el viernes la NASA, sin precisar en qué lugar.
La agencia espacial estadounidense afirmó no obstante que los riesgos para la seguridad pública son “mínimos” y reafirmó que la seguridad es una de sus prioridades.
La NASA prevé que el reingreso del satélite de investigación a la atmósfera terrestre se produzca el 23 de septiembre, con un margen de error de un día. “No hay hasta ahora informes confirmados de lesiones resultantes del reingreso de objetos espaciales”, señala un comunicado del organismo.
La nave, que mide 3 metros por 10, pesaba 5.900 kg y estaba dotada de 10 instrumentos científicos para medir el viento, la temperatura y reacciones del ozono. Fue oficialmente dada de baja en 2005.
Según la NASA, es probable que la mayor parte del satélite se queme al ingresar a la atmósfera, pero algunos deshechos caerán sobre la Tierra, en un lugar “que no es posible precisar” y en una superficie con un radio de 800 km.