Al igual que los Homo Sapiens, los hombres de Neandertal comían crustáceos hace 150.000 años, según un estudio realizado por investigadores españoles a partir del descubrimiento de restos de conchas en una cueva en el sur de España.
Este descubrimiento contradice la teoría según la cual sólo los Homo Sapiens comían pescado, lo que les habría permitido un desarrollo cerebral más rápido y por lo tanto su expansión.
Según los investigadores españoles que realizaron la investigación, el hallazgo de las conchas, a raíz de excavaciones en una cueva en Torremolinos (sur) es 100.000 años anterior a la última prueba que se tenía de que el hombre de Neandertal comía marisco.
Las herramientas de piedra y los restos de conchas encontrados en la cueva de Bajondillo fueron decisivos en este descubrimiento, explica el estudio, publicado en la página web de la ONG Public Library of Science.
Un análisis con carbono 14 permitió determinar que los restos tienen 150.000 años, precisa.
Resulta así casi “contemporánea” de la prueba más antigua existente de que el Homo Sapiens comía crustáceos, que remonta a hace 164.000 años y se encontró en Pinnacle Point, en Sudáfrica, según señala el estudio español, dirigido por Miguel Cortes Sánchez, investigador de la universidad de Sevilla.
“Muchos investigadores argumentan que el marisqueo es uno de los comportamientos que define a los humanos modernos y, en cierta medida, una ventaja adaptativa que permitió que el Homo Sapiens se expandiera”, afirma Francisco Jiménez Espejo, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
“Pero esta investigación demuestra que, en el mismo momento, los Homo Sapiens del sur de África y los Homo Neanderthalensis asentados en el sur de la Península Ibérica, aprovechaban estos recursos”, subraya.