Sin poder ingresar a clases quedaron decenas de alumnos del Colegio Inglés de Los Ángeles (o Colegio Woodland), lo que provocó la molestia de los apoderados que debieron acudir al establecimiento a justificar a sus hijos.

El problema se originó, según los propios jóvenes de cuarto medio, cuando hace algunas semanas se tomaron el recinto para exigir mejoras básicas, las que no se cumplieron pese al plazo impuesto por la dirección del recinto, como lo señaló Fernando.

Las peticiones tenían relación con la reparación de las duchas de los camarines, la implementación de casilleros y áreas verdes, tal como lo expuso Diego, otro estudiante del colegio Woodland.

Ante esto, Washington apoderado del centro educacional señaló que impedir el ingreso a clases de los jóvenes le parece una determinación desmedida, pues lo solicitado por los alumnos a su juicio son elementos básicos que deben ser implementados.

Por su parte, otra apoderada que pidió resguardar su identidad por miedo a represalias, dijo estar muy molesta con los directivos, pues cuando su hijo se retiró del establecimiento como protesta por los incumplimientos, la llamaron para hacerle ver la situación, asegurándole que su pupilo no tendría ninguna amonestación.

Finalmente, los estudiantes del Colegio Inglés de Los Ángeles señalaron que acudirían a autoridades superiores para informarles sobre la medida, que a todas luces consideran arbitraria, no descartando llegar con el reclamo a la delegación del Ministerio de Educación.