Richard Hamilton, considerado el pionero del pop art británico y un artista influyente de la posguerra con una obra inspirada en la cultura de masas y la sociedad de consumo, falleció el martes a los 89 años de edad.

“Es un día muy triste para todos nosotros y nuestros pensamientos están con la familia de Richard”, dijo el propietario de la Galería Gagosian, Larry Gagosian, al comunicar la muerte de una de las “figuras más destacadas” del mundo del arte.

Según el comunicado de esta galería que lo representaba, que no precisa ni el lugar ni la causa exacta de la muerte, Richard Hamilton estaba enfermo pero trabajó casi hasta el final en una gran retrospectiva que abrirá sus puertas en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles en 2013, antes de trasladarse a Filadelfia, Londres y Madrid.

Nacido en Londres en febrero de 1922, Hamilton se dio a conocer en los años 1950 con sus collages, entre los destaca especialmente “Just What Is It That Makes Today’s Homes So Different, So Appealing?” (1956), ampliamente considerado el manifiesto del pop art británico aunque él nunca se identificó con el apelativo de ‘padre’ de ese movimiento.

Hamilton también creó esculturas y pinturas, como la famosa “Swingeing London” (1968/69), en la que representaba al líder del grupo Rolling Stones, Mick Jagger, ocultando su cara en el interior de un coche de policía tras una redada antidrogas.

En esa misma época diseñó la sencilla carátula blanca del “White Album” (1968) de los Beatles, la única en la que no aparecen representados los miembros del mítico grupo de Liverpool.

Richard Hamilton se nutrió a lo largo de su carrera de elementos sacados de la cultura de masas, aunque también destacó por sus obras más críticas y políticas, como “Shock and Awe” (2007/08), en la que representó al ex primer ministro británico Tony Blair, fiel aliado del ex presidente estadounidense George W. Bush, con camisa de vaquero, cartucheras y pistolas.

Su obra ha sido objeto de importantes retrospectivas en algunos de los museos más famosos del mundo, como las celebradas en 1970 y 1992 en la Tate Gallery de Londres, cuyo director, Nicolas Serota, rindió este martes homenaje a uno de los “artistas más influyentes y distintivos de la posguerra”.

“Muy admirado por sus pares, incluidos (Andy) Warhol y (Joseph) Beuys, Hamilton produjo una serie de cuadros, dibujos exquisitos que abordan los temas del ‘glamour’, el consumo, las mercancías y la cultura popular”, declaró Serota.

“Sin embargo su fascinación por la sociedad de consumo fue muy crítica, una posición moral que también era evidente en su desconfianza hacia la derecha política”, agregó el director de las galerías Tate del Reino Unido, para quien Hamilton murió “como hubiese querido, trabajando”.