La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Alejandra Cohen, aseguró que en Chile más del 50% de las embarazadas presentan exceso de peso.

“Muchas mujeres suben más kilos de lo recomendado y luego mantienen parte de este exceso al nacer el niño”, dijo la experta.

“Por eso es recomendable, agregó, asesorarse por una nutricionista para que las ayude a llevar una alimentación saludable de acuerdo a las necesidades nutricionales individuales, poniendo énfasis en los nutrientes críticos que debe consumir toda mujer durante este periodo”.

Para una mujer que inicia su embarazo con un estado nutricional normal se recomienda un aumento entre 10 y 13 kilos, a diferencia de una con sobrepeso a la que no se le aconseja un incremento mayor de 7 a 10 kilos.

Durante este periodo la recomendación no es comer más alimentos, si no elegirlos mejor.

“El feto para su normal desarrollo sólo necesita una pequeña dosis extra de energía. Las embarazadas deben preocuparse de consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales como el calcio contenido principalmente en los lácteos, importante para la formación ósea del feto”, explicó Alejandra Cohen.

Si el consumo no es adecuado, el feto utilizará las reservas de la madre deteriorando sus huesos y dientes, sostuvo la académica de la UNAB.

También se recomienda el consumo de hierro contenido en carnes de todo tipo y en algunas verduras de hojas verdes como acelgas, espinacas y alcachofa. Es importante para prevenir anemia debido al mayor volumen de sangre que la mujer produce durante su embarazo.

Además, se sugiere aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3 contenidos principalmente en pescados grasos como atún, salmón, sardinas, jurel, aceite de canola, linaza y nueces, fundamentales para el correcto desarrollo cerebral y de la retina del feto.

La nutricionista destacó que este ácido graso junto a un aporte suficiente de calcio disminuye el riesgo de desarrollar hipertensión asociada al embarazo.

También el ácido fólico es vital, contenido en harinas fortificadas (con las que se fabrica el pan y pastas en Chile), cereales fortificados, brócoli, porotos, espinaca, repollos de bruselas, lechuga, zanahoria, lentejas, maní, naranja, fresa, yema de huevo y soya, especialmente antes y durante los primeros meses de embarazo, ya que ayuda a reducir el riesgo de que los niños nazcan con malformaciones como espina bífida, labio leporino, paladar hendido y enfermedades al corazón.

Del mismo modo, manifestó el aporte que hacen la fibra y el agua.

“La fibra contenida principalmente en frutas, verduras y cereales integrales, cumple un importante rol en la embarazada, que sufre frecuentemente estreñimiento. Un adecuado consumo ayudará en su prevención y tratamiento. La fibra también ayuda a evitar una ganancia excesiva de peso ya que aumenta la saciedad y ayuda a controlar los niveles de azúcar y grasas en la sangre”, dijo.

“Es bueno beber al menos 2,5 litros de agua evitando bebidas azucaradas y exceso de bebidas ricas en cafeína. El adecuado consumo de agua previene el estreñimiento, hemorroides e infecciones urinarias. Además, evita la deshidratación, ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, regula la temperatura corporal y ayuda al buen funcionamiento de los órganos”, manifestó Alejandra Cohen.