El presidente estadounidense Barack Obama declaró este miércoles la situación de “desastre mayor” en Carolina del Norte y Nueva York tras el pasaje por esas zonas del huracán Irene durante el fin de semana, que dejó inundaciones masivas.
La decisión permitirá habilitar fondos federales para aliviar los esfuerzos de recuperación en esos dos estados, fuertemente afectados por la tempestad.
El huracán, que se desvaneció sobre Canadá el martes, pasó por la ciudad de Nueva York sin dejar la devastación que se temía, pero dejó tras de sí inundaciones masivas en tres estados del este de Estados Unidos y a millones de personas sin energía eléctrica.
Según cifras oficiales, al menos 43 personas murieron durante el pasaje de Irene por Estados Unidos, ocho de ellas en Nueva York, siete en Nueva Jersey y otras seis en Carolina del Norte, donde Irene tocó tierra el sábado pasado con vientos superiores a los 140 km/h.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, y su par de Agricultura, Tom Vilsack, visitaron el martes zonas de Virginia y Carolina del Norte para evaluar los daños.