El gobierno de Estados Unidos denunció el miércoles los abusos cometidos en las prisiones sirias, en reacción a un informe de Aministía Internacional que afirma que hubo 88 muertos por tortura.

“Un gobierno que asesina y tortura a sus propios ciudadanos, incluso a niños, no puede ser considerado como legítimo por ninguno de nosotros”, sostuvo la portavoz de la diplomacia estadounidense, Victoria Nuland, quien recordó que diez de los presos muertos tenían entre 13 y 18 años.

Amnistía Internacional reportó el martes “88 muertes de prisioneros, que fueron detenidos durante la represión contra las protestas, y sólo por el período del 1 de abril al 15 de agosto”.

Los detenidos que murieron eran todos de sexo masculino.

Según la ONG, la tortura o los malos tratos provocaron o contribuyeron con la muerte de al menos 52 de ellos.

Nuland mencionó algunos casos de “mutilación genital”. Señaló que la fiesta del Fitr, con la que se celebra el final del Ramadán, fue este año “un período de dolor y luto para muchas familias de Siria, debido a los incesantes ataques del régimen contra su propio pueblo”.

Al exhortar a Asad a salir del poder, el gobierno de Barack Obama prohibió el 18 de agosto las importaciones de petróleo y productos derivados del petróleo de Siria a los Estados Unidos.

La portavoz del departamento de Estado reiteró su condena al ministro de Exteriores sirio, Walid Muallem, cuyo nombre fue añadido el martes a una lista negra de los funcionarios de ese país sancionados por Washington.

El jefe de la diplomacia del presidente Bashar al Asad “ha jugado un papel clave para tratar de proteger al régimen de las consecuencias de su brutalidad”, dijo Nuland.

“Muallem sigue sin arrepentirse, sigue siendo una herramienta vergonzosa y un portavoz de Asad y de su régimen”, dijo Nuland.

“También se ha desempeñado como uno de los enlaces clave entre Damasco y Teherán, y ha fortalecido la confianza de Asad en el equipo y el asesoramiento iraní en su represión despiadada contra el pueblo sirio”, dijo.