El artista catalán Josep Grau-Garriga, de 82 años, instalado desde hace 20 años en Angers (oeste de Francia), y pionero de la tapicería contemporánea, murió el lunes, informó el martes la municipalidad de Angers.

Contemporáneo de Picasso y Miró, a quienes había recibido en su taller de Sant Cugat (Cataluña, noreste de España), Grau-Garriga expuso sus obras en el Metropolitan Museum de Nueva York y en el Museo de arte moderno de París, entre muchos otros lugares.

Antes de morir, trabajaba en una obra gigante “dedicada a la paz”, para la iglesia de Saint-Mathurin-sur-Loire, el pueblo francés donde residía.

“El arte es un arma, mucho más que un problema estético, que sirve para manifestar algo de sí mismo. Es descubrir lo que existe, sin tener miedo”, dijo recientemente.

Nieto de un peluquero anarquista, Grau-Garriga inició sus creaciones bajo la dictadura franquista.