Los socorristas continuaban intentando ayudar este martes a los miles de estadounidenses de Vermont, de Nueva Jersey y del estado de Nueva York aún aislados por las inundaciones, dos días después del pasaje del huracán Irene, que provocó la muerte de al menos 41 personas.
Según cifras oficiales, al menos 41 personas murieron durante el pasaje de Irene por Estados Unidos, siete de ellas en Nueva Jersey y seis en Nueva York.
Alrededor de Wilmington, en el estado de Vermont, la ruta principal está obstruida por el barro. Numerosas carreteras están imposibles de usar después de que Irene dejara caer el equivalente a dos meses de lluvia (210 mm) en sólo 24 horas.
“El problema es la inaccesibilidad”, explicó el jefe de las operaciones de emergencia, Dave Miller, a la AFP. Sus equipos siguen extrayendo vehículos de las aguas embarradas y quitando los árboles de las vías públicas, que en su caída arrastraron también las líneas eléctricas.
La ayuda de urgencia debe ser distribuida en muchos lugares en barco o por aire.
La situación es la misma en varias regiones de los estados de Nueva Jersey y Nueva York, donde varios centros comunitarios y escuelas fueron transformados en refugios.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, y su par de Agricultura, Tom Vilsack, tienen previsto ir durante este martes a Virginia y Carolina del Norte para evaluar los daños.