Hace dos años Juan Martín Del Potro se convirtió en el primer tenista argentino en ganar un Abierto de Estados Unidos, desde que su compatriota Guillermo Vilas lo hiciera en 1977, y ahora el chico de Tandil asegura regresar con nuevos bríos para repetir la hazaña.

Del Potro, sembrado como N.18 de la edición 2011 del US Open, quiere dejar atrás 24 meses de frustraciones por lesiones e inestabilidad emocional, y volver a campear en el escenario de Flushing Meadows, donde saltó a la fama mundial en 2009 tras dejar en el camino a estrellas como el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer.

“Si no es este año, puede ser el siguiente, o el otro. Sólo jugar este torneo otra vez será bueno para mí”, aseguró Del Potro en declaraciones a la revista especializada Deuce.

“Los favoritos son los cuatro más importantes del mundo. Tenemos un nuevo número uno y que es el candidato fuerte. Yo creo en mis posibilidades, pero soy realista y pienso que todavía estoy un poco lejos de ellos, a pesar de que me estoy acercando cada día más. Tal vez pueda ser una sorpresa este año”, acotó.

El argentino, de 22 años, dice haber dejado atrás la lesión en su muñeca derecha, que le llevó al salón de operaciones en mayo de 2010, y de la que le costó recuperarse más en lo físico, que en lo mental.

‘Delpo’ tendrá el martes un debut accesible en el torneo neoyorquino, cuando se mida en duelo inédito al italiano Filippo Volandri, un número 85 de la ATP, que este año tiene récord de 10 victorias y 17 derrotas.

Volandri, que en 14 años en el circuito ATP ha ganado sólo dos títulos, es bien conocido por los tenistas argentinos, pues en su curriculum figuran dos triunfos ante David Nalbandián y uno contra Juan Mónaco.

De su lado, Del Potro regresa a Flushing Meadows con dos títulos este año en su archivo: el de Estoril (Portugal) sobre arcilla, y el de Delray Beach (Florida), en pistas rápidas.

Con un bagaje similar se presentó en el US Open de 2009, donde batió sorpresivamente en la final al pentacampeón Roger Federer, que desde entonces comenzó una curva declinante, cayendo del número uno al tres mundial.

Empero, en los torneos grandes de la temporada ha corrido con poca suerte, no pudiendo rebasar más allá de octavos de final.

En el Abierto de Australia cayó en segunda ronda ante el chipriota Marcos Baghdatis. En el Roland Garrós de Francia fue frenado en tercera vuelta por el serbio Novak Djokovic y en Wimbledon el español Rafael Nadal le venció en octavos de final.

“Si usted quiere ganar un Gran Slam tiene que jugar su mejor tenis, al nivel de un top 10 durante dos semanas”, afirmó. “No sé si estoy en esa condición este año, pero haré el intento”.

En lo que va de año, la ‘Torre de Tandil’ cosecha récord de 38 victorias y 12 derrotas, pero frente a los 10 primeres jugadores del ranking mundial tiene resultado adverso de 1-7.

Aparte de sus dos victorias en Estoril y Delray Beach, Del Potro tiene como su mejor resultado de 2011 las semifinales del Master 1000 de Indian Wells, donde fue vencido por Nadal con un doble 6-4.

“Poco a poco voy reencontrando mi tenis. No ha sido facil el camino después de la lesión, pero creo haber dejado todo eso atrás”, apuntó.

Aquel niño inquieto, al que sus compañeros de escuela llamaban ‘Palito’, por lo flaco, recuerda con una sonrisa pícara el día que su madre, Patricia, cansada de que le destruyera las paredes de golpear la pelota con una raqueta, le puso en las manos de Marcelo Gómez, el gurú que forjó las carreras de tenistas argentinos como Mariano Zabaleta y Juan Mónaco.

Pese a los inconvenientes, Del Potro regresa a Flushing Meadows repitiendo una y otras vez la frase que le dio su entrenador Gómez para enfrentar la crísis de confianza en su tenis, tras la operación: “Para ganar hay que saber perder”.