Un hombre-bomba mató a 43 personas e hirió a un centenar al detonar una carga de 8 a 10 kilos de explosivos a la salida de la plegaria del viernes en una mezquita del noreste de Pakistán, una zona convulsionada por la insurgencia de los talibanes aliados de Al Qaida.

El ataque, que ocurrió en el distrito tribal de Jhyber, fronterizo con Afganistán, es el más mortífero de los últimos tres meses en Pakistán.

El kamikaze activó sus explosivos cuando centenares de peregrinos salían de la plegaria en pleno mes del Ramadán en una mezquita de Jamrud, a 25 km al suroeste de Peshawar, la gran ciudad del noroeste de Pakistán .

“Fue un atentado suicida. El kamikaze llevaba entre 8 y 10 kilos de explosivos y los activó en la sala principal de la mezquita”, dijo el subjefe de la administración distrital, Jalid Mumtaz Kundi.

“Hubo 43 muertos y 117 heridos”, agregó.

Ninguna organización reivindicó el hecho hasta el momento. Los atentados más letales en estos últimos años fueron cometidos por el Movimiento de Talibanes de Pakistán (TTP), aliado de la red Al Qaida, que declaró la guerra santa al gobierno por haberse aliado con Estados Unidos.

El interior y el jardín adyacente a la mezquita estaban cubiertos de sangre y había miembros humanos esparcidos por doquier, comprobó un periodista de la AFP.

La explosión resquebrajó las paredes y destruyó todas las puertas y ventanas del edificio.

Las zonas tribales paquistaníes son los bastiones de los insurgentes talibanes paquistaníes y de combatientes de Al Qaida.

El ejército paquistaní, presionado por su aliado estadounidense, ha llevado a cabo en los últimos años una ofensiva que no consiguió poner fin a los atentados, aunque éstos disminuyeron en 2011.

Los ataques de los últimos meses fueron reivindicados por los talibanes, que habían jurado vengar la muerte del jefe de Al Qaida, Osama bin Laden, quien fue eliminado el 2 de mayo por un comando estadounidense en su residencia de Abbottabad, a unos 100 km al norte de Islamabad.

Menos de dos semanas después de esa operación, dos kamikazes mataron a 98 personas en un centro de entrenamiento policial del noroeste del país.

Unas 4.500 personas murieron en atentados atribuidos a los islamistas en los últimos cuatro años.

Los talibanes denuncian en particular los frecuentes bombardeos de aviones teleguiados estadounidenses contra las zonas tribales, que según las autoridades locales mataron a centenares de insurgentes desde 2004.

Pocas horas antes del atentado de Jamrud, dos misiles lanzados por aviones teleguiados destruyeron una vivienda y mataron a cuatro insurgentes en la región de Waziristán del Sur, según los responsables locales.

Estados y Unidos y Pakistán forjaron una alianza militar en 2001, cuando las tropas estadounidenses invadieron Afganistán, pero sus relaciones se hallan en su peor momento desde la operación contra Bin Laden.