Las bolsas europeas seguían bajando este viernes tras una jornada negra y el oro batía nuevas cumbres bajo el impacto de temores crecientes sobre la economía mundial y de las dudas sobre la capacidad de financiación de los bancos.
Después de las caídas de 4% a 6% registradas el jueves, que en algunos casos no habían vuelto a verse desde la crisis financiera de 2008, todas las plazas europeas seguían en rojo, mientras que Wall Street empezó a operar en verde hacia las 14H20 GMT.
“Parece que nos preparamos para un final de semana muy feo, con un mercado dominado una vez más por el miedo y el pánico”, anticipó Ben Potter, analista de IG Market, en Australia.
En Europa, la más afectada era la bolsa de Francfort, que cedía 2,80% hacia las 14H00 GMT, al día siguiente de su mayor caída desde noviembre de 2008. Milán perdía a esa misma hora 1,60%, Madrid 1,57%, París 1,30% y Londres 0,86%.
La bolsa alemana y los valores bancarios en todos los mercados seguían vapuleados ante las dudas de los inversores sobre la capacidad de los bancos para financiarse a raíz de la crisis de la deuda.
La tendencia también fue a la baja en los mercados de Asia, donde la bolsa de Tokio perdió este viernes 2,51%, la de Hong Kong 3,08%, la de Seúl 6,22% y la de Sídney cayó 3,51%.
En este contexto de inquietud extrema y ante la ausencia de nuevos datos que puedan cambiar la tendencia, el oro -valor refugio por excelencia en tiempos de crisis- continuaba batiendo récords al alza.
El precio de la onza del precioso metal tocó los 1.867,95 dólares hacia las 07H45 GMT en el London Bullion Market, el mercado al contado de la capital británica, ocho días después de haber franqueado por primera vez la barrera psicológica de los 1.800 dólares.
“Los temores a una recesión mundial se incrementaron estos últimos días tras la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento y ante la impotencia de los dirigentes para hacer frente a la crisis actual, tanto en Europa como en Estados Unidos”, comentó Muchael Hewson, analista de CMC Markets.
El banco Morgan Stanley revisó el jueves a la baja sus previsiones de crecimiento mundial para 2011 y 2012, y estimó que las economías de Estados Unidos y Europa se hallaban “peligrosamente cerca de la recesión”.
Los datos sobre la economía estadounidense publicados durante la jornada tampoco ayudaron a calmar el nerviosismo reinante. Estos mostraron un incremento de las inscripciones para solicitar subsidios por desempleo la semana pasada, una recaída de la reventa de viviendas en julio y el hundimiento de la actividad industrial en la región de Filadelfia (este) en agosto.
“Los flojos datos económicos siguen poniendo los pelos de punta a los inversores y con una volatilidad que continúa siendo fuerte en todos los mercados de valores mundiales, la reacción de los mercados sigue siendo rápida y severa”, estimó por su parte Joshua Raymond, responsable de estrategias de márketing en la correduría de bolsa londinense City Index.
Paralelamente, los precios del petróleo seguían bajando, tras haber caído la víspera más de cinco dólares en Nueva York, afectados por la fragilidad de la economía de Estados Unidos, primer consumidor mundial de crudo.
Hacia las 13H15 GMT, sur le New York Mercantile Exchange (Nymex) el barril de West Texas Intermediate (designación del “light sweet crude” negociado en EEUU) para entrega en septiembre perdía 77 centavos, a 81,61.
El barril de Brent del mar del Norte para entrega en octubre cedía el viernes por la mañana en Londres 94 centavos, a 106,07 dólares.
Mientras tanto, el euro se estabilizaba ante el dólar, pero ambos perdían terreno ante el yen, que marcó su nivel más alto frente al billete verde desde la Segunda Guerra Mundial, lo que perjudica a los exportadores japoneses.