Latinoamérica necesita un crecimiento superior a las actuales tasas de 5% o 6% para resolver en forma sostenible el problema de la desigualdad, advirtió el lunes el presidente ejecutivo de CAF, Enrique García, quien destacó que la región está “mejor preparada que nunca” para enfrentar la crisis económica internacional.

“La región ha hecho un gran avance en la reducción de la pobreza, pero al mismo tiempo somos cautelosos en decir que el hecho de que nos ha ido muy bien no es un síntoma de que esto va a ser eterno”, advirtió García al exponer ante integrantes del gobierno y empresarios en Montevideo.

El presidente del Banco de Desarrollo de América Latina defendió una “visión del desarrollo de carácter integral”, con un crecimiento sostenido, de buena calidad, generador de empleo productivo, incluyente, que respete la diversidad cultural y consciente de las responsabilidades con el medio ambiente.

“Si (la región) se contenta con un 5% o 6% no es suficiente para resolver en forma sostenible los problemas de pobreza y el más delicado de la región que es el problema de la inequidad y desigualdad. Si bien hemos hecho avances muy grandes, la región es la menos igualitaria del mundo”, enfatizó.

“En América Latina se aprendió la lección ‘the hard way’ (duramente), las cosas que hicimos hace 25 años -hiperinflaciones, crisis de deuda- eso afortunadamente está fuera. Pero en lo que no estamos bien es en la microeconomía”, explicó.

En ese sentido, llamó a ahorrar e invertir más, aumentar la productividad y aprovechar el buen momento regional para realizar una transformación productiva.

En diálogo con la AFP, el jerarca consideró que “no hay duda que América Latina está mejor preparada que nunca para enfrentarse a las turbulencias externas”.

“Creo que el hecho de que ministros y presidentes de bancos centrales estén conscientes de la importancia de prever anticipadamente cualquier riesgo es un signo positivo”, añadió.

El viernes pasado, el Consejo de Economía y Finanzas de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) decidió fortalecer su comercio, coordinar las reservas monetarias y privilegiar el uso de las monedas de la región para enfrentar la crisis internacional.