Las fuerzas de seguridad sirias mataron el miércoles al menos 11 personas cerca de Damasco, mientras jóvenes opositores se reunían en Turquía para intentar coordinar mejor la movilización contra el régimen del presidente Bashar al Asad.
Al menos 11 personas, entre las cuales había un niño de siete años, fallecieron en la ciudad de Kanaker, cerca de Damasco, indicó a la AFP una organización siria de defensa de Derechos Humanos.
“Las fuerzas de seguridad allanaron casas el miércoles en la madrugada en Kanaker. Durante esta operación, once personas fueron ultimadas y más de 250 detenidas”, afirmó a la AFP Ama Qurabi, presidente de la Organización Nacional de Derechos Humanos.
Qurabi entregó a la AFP una lista con los nombres de las víctimas.
La operación en Kanaker, ciudad de 25.000 habitantes, fue “efectuada con el apoyo de una excavadora y de tanques del ejército” y estuvo “dirigida contra personas de entre 15 y 40 años”, indicó Qurabi, precisando que “al menos 11 vehículos transportaron a las personas detenidas”.
Según el militante, “la operación en Kanaker es un acto de venganza, pues los habitantes participaron en el envío de víveres a la ciudad de Deraa (sur)”, asediada por el ejército, la cual “sufrió cortes de agua, de electricidad y de internet”.
En abril, el presidente sirio levantó el estado de emergencia vigente desde hace casi 50 años, pero, según los militantes opositores, esta medida no ha hecho cesar en nada la represión de la movilización opositora iniciada a mediados de marzo.
Mientras tanto, tenía lugar en Estambul una reunión de unos 200 jóvenes opositores sirios de todo el mundo, con el fin de mejorar la coordinación entre los movimientos opositores y formar a los militantes.
“El principal objetivo es (…) definir una estrategia de coordinación, mejorar nuestra capacidad para actuar juntos y aunar esfuerzos”, afirmó a la AFP Moaaz Al Sibaai, uno de los organizadores de este encuentro.
“Un 20% de los participantes, como máximo”, vino de Siria, ya que no es fácil viajar por razones de seguridad.
Imadin Rashid, uno de los principales dirigentes opositores, instó a los jóvenes militantes a “construir una sociedad civil que supere las divisiones ideológicas, étnicas y religiosas y sea transparente e independiente”.
Tras escucharse el himno nacional sirio y difundirse un clip con rap de música de fondo en el que se denuncian las “mentiras” del régimen de Bashar Al Asad, tuvieron lugar en Estambul debates sobre la sociedad civil, el laicismo o el papel de los partidos políticos tradicionales en la revolución siria.
Yamal al Wadi, portavoz del comité revolucionario de Deraa (sur de Siria), dijo esperar que el encuentro “reduzca la brecha” entre los militantes que viven en Siria y los del exterior “que no se dan cuenta plenamente de lo que está sufriendo la población dentro” del país.