La Casa Blanca reconoció el miércoles que está reflexionando sobre la manera de hacer funcionar al Estado federal estadounidense en caso de que el Congreso no logre un acuerdo antes del 2 de agosto sobre un incremento del techo de la deuda.

Interrogado durante su conferencia de prensa sobre las “prioridades” del gobierno estadounidense en caso de que los legisladores no lleguen a un acuerdo presupuestal en los próximos seis días, el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney, evocó un plan en el que se encuentra trabajando el departamento del Tesoro.

“Están trabajando en ello y, según entiendo, van a anunciarlo si en fecha cercana al 2 de agosto, las mentes más sanas y menos enardecidas no marcan la pauta en el Congreso”, agregó Carney, que se negó a dar más detalles.

“¿Lo que usted quiere decir –le preguntó un periodista– es que cuando se acerque el 2 de agosto, la administración divulgará cuáles son sus prioridades, para el caso de que tenga lugar un default, y decir a los estadounidenses qué se pagará y qué no?”. “Se puede decir así”, respondió lacónicamente Carney.

Sin embargo, el portavoz reiteró su confianza en la capacidad de los legisladores para lograr un acuerdo. “En definitiva, por más descabellada que sea la situación, el Congreso puede lograr un compromiso aceptable para las dos cámaras del Congreso”, dijo.