Uruguay ganó el domingo por decimoquinta vez en su historia la Copa América, el torneo de selecciones más antiguo del mundo, y extendió un poco más la leyenda que cobija la casaca celeste que hace apenas un año conseguía el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica-2010.

Con una goleada 3-0 sobre Paraguay, en partido disputado en el estadio Monumental de Buenos Aires, el once charrúa se despegó en el palmarés histórico de Argentina, que suma catorce y saca más ventaja a Brasil que apenas tiene ocho.

Los logros que Uruguay exhibe en fútbol no se corresponden con sus proporciones territoriales y demográficas: 177.000 km cuadrados y 3,4 millones de habitantes.

Uruguay suma dos medallas de oro olímpicas (Colombes-1924 y Amsterdam-1928) y dos mundiales (Montevideo-1930 y Brasil-1950) y su dominio del fútbol mundial en la primera mitad del siglo pasado no tuvo equivalente.

En antiquísimos registros fílmicos o en fotos en tono sepia permanece intacto en el Museo del Fútbol de Montevideo el recuerdo de aquellos Juegos donde brillaron jugadores de la talla de José Nasazzi, el ‘Mariscal’, Pedro Cea, el ‘empatador olímpico’, o Héctor Scarone, considerado en su tiempo el mejor futbolista del mundo.

Esa generación tan especial participó en el primer Mundial y ganó varias veces la Copa América, entonces Campeonato Sudamericano, hasta que se retiró a cuarteles de invierno, no sin antes volver a cononarse a nivel regional en Santa Beatriz, Lima, en 1935.

Quince años más tarde la mítica casaca color cielo protagonizó la hazaña más grande que registra la historia del fútbol, el Maracanazo, al vencer por 2-1 a Brasil en el último partido del Mundial de 1950 con una nueva camada de jugadores que en Suiza-1954 alcanzaron el cuarto puesto.

En ese lote de futbolistas se encontraban Juan Alberto Schiafino, conocido en Italia como ‘Il piu grande’ (el más grande) y Obdulio Jacinto Varela, el ‘Negro Jefe’, un portentoso volante cuya fuerte personalidad marcó a fuego aquella conquista.

También estaba en la plantilla celeste Alcides Edgardo Ghiggia, autor del gol de la victoria en Maracaná, actualmente con 84 años de edad.

Después vinieron años de vacas flacas hasta que en México-1970 la celeste volvió a alcanzar el cuarto puesto en el mismo Mundial en que Brasil ganaba en propiedad la Copa Jules Rimet.

Con la Copa América como único norte posible, Uruguay se dedicó desde la década de los sesenta en adelante a acumular títulos a nivel de clubes y así fue como sus dos equipos más grandes, Peñarol y Nacional, suplieron con sus éxitos las victorias de la celeste.

Peñarol ganó la Copa Libertadores de América, máxima competencia de la región a nivel de clubes, en cinco oportunidades y Nacional en tres.

El once aurinegro se coronó tres veces campeón mundial interclubes y otro tanto hizo su tradicional rival.

Pero los ciclos del fútbol llevaron nuevamente a la celeste a los primeros planos en Sudáfrica-2010, donde llegó a semifinales, y poco después la Sub-20 ganó el derecho de regresar a los Juegos Olímpicos tras 84 años de ausencia.

Hace apenas semanas la Sub-17 finalizó segunda en el Mundial de la categoría que se disputó en México, mientras Peñarol alcanzaba luego de casi un cuarto de siglo la final de la Copa Libertadores.

Ese resurgir, que la televisión amplificó a todos los rincones y estamentos sociales, permitió el regreso del público a los estadios y, en especial, hizo que la mujer se acercara al fútbol como nunca, participando activamente desde la tribuna.