No importó que sólo llegaran unas 1.500 personas hasta el Teatro Caupolicán para llenar apenas la cancha del recinto, porque anoche la leyenda viva del funk, George Clinton, junto a su inseparable agrupación Parliament Funkadelic, armó una verdadera fiesta de groove y psicodelia durante dos horas y media, con una calidad musical loable en su segunda visita al país.

La apuesta era aún mayor, ya que el show realizado en Industria Cultural el 2009, si bien fue recordado como uno de los mejores del año, tuvo saldos negativos por el colapso del local (2.500 personas) y porque Carabineros lo interrumpió debido a una mala gestión de la productora.

En esta ocasión, aunque no hubo ninguna nave espacial bajando sobre el escenario como era habitual en los conciertos del Mothership Connection, a partir de las 22:00 horas los 16 músicos sin el cantautor subieron al escenario para interpretar los temas de los dos grupos que Clinton creó en los 70: “Bop gun” y “Gamin’ on you” de Parliament, y “Undisco kidd” y “Cosmic slop” de Funkadelic. Lo acompañaban “Sir Nose”, personaje de la banda que con bailes contorsionistas y sensuales animaba al público a impregnarse con este ritmo old school, esperando a que arribara quien para muchos es el Padre del Funk.

Steve Boyd, quien hacía la voz principal antes de que apareciera “Dr. Funkenstein”, estuvo acompañado por el P-Funk compuesto por un bronce con saxofón y trompeta, batería, teclado, bajo y los cuatro coristas –destacándose la mítica Kimberly Manning-. Mención aparte fue el arsenal de cuatro guitarristas, quienes hubieran sido cinco, pues faltaba Garry “Starchild” Shider –un clásico del género que tocaba sólo vistiendo un pañal-, ya que falleció el año pasado.

Como es costumbre en sus shows, Clinton recién apareció sobre el escenario media hora después del inicio. Se sacó un impermeable encapuchado con colores intergalácticos que sólo le dejaba ver su rostro, para luego escucharse el alarido de los fanáticos ante su presencia mientras comenzaban los acordes del primer gran hit: “Flashlight”.

El aspecto del legendario cantante estaba muy lejos del reconocido, incluso distinto al de su pasado show de 2009. De unos multicolores rastas, cambió a una leve calvicie de pelo negro; de una barba canosa, a una tímida negra, y del uso de mantas chamánicas, a una vestimenta dominical con un sombrero de capitán marino. Un cambio radical justo cuando el día anterior había cumplido 70 años.

Aún así, Clinton fue el amo y señor de la noche, dirigiendo la orquesta, diciéndole al sonidista que subiera más el volumen a algún instrumento cuando así correspondía, interactuando con el público para que gritara, saltara y moviera sus manos de lado a lado. Cantando cada vez que podía y llegando al límite de sus roncas cuerdas vocales, pero siempre estando respaldado por un impenetrable Boyd, coristas y el resto de P-Funk.

De esta forma, se interpretaron prolongados exitazos como “(Not just) Knee deep”, “One nation under a groove”, “Dr. Funkenstein”, “Atomic dog” y el himno de quien se identifica con el estilo musical, “Give up the funk (Tear the roof off sucker)”. Todos estos fueron fervientemente coreados y gozados por un público que mayoritariamente era veinteañero, algo para nada sorprendente ante la buena recepción que ha tenido el funk en nuestro país, principalmente gracias a que bandas nacionales de los últimos tres lustros rescataron estas raíces, como Los Tetas, Chancho en Piedra y Papanegro.

Pero no sólo Clinton se robó la película. La primera guitarra de la agrupación, Michael “Kidd Funkadelic” Hampton, tocó el clásico “Maggot brain”, un solo del instrumento de seis cuerdas con una gran influencia del soul ácido de Jimi Hendrix. Además, la nieta del cantautor, Shonda “Sativa Diva” Clinton, interpretó dos canciones propias de rap.

La fiesta no pudo finalizar de mejor manera que con “Red Hot Mamma”, un simple riff distorsionado que produjo increíbles improvisaciones de las guitarras, lo que extasió más aún al público, provocando que una decena de mujeres subieran al escenario para terminar bailando sensualmente con George Clinton, P-Funk y “Sir Nose”.