Cuatro militares retirados guatemaltecos comenzarán a ser juzgados el lunes por el asesinato de 250 campesinos e indígenas en 1982, una de las más brutales matanzas perpetradas durante la guerra civil (1960-1996), informó este jueves un querellante en el proceso.

“La apertura a juicio es un paso adelante en la lucha contra la impunidad, sobre todo porque la ‘masacre de las Dos Erres’ (por el nombre de la aldea en que tuvo lugar) es una de la más emblemáticas que se cometieron durante la guerra”, dijo el abogado Edgar Pérez, de la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, querellante en la causa.

Los inculpados, que están detenidos, son el teniente Carlos Antonio Carías y los subinstructores Manuel Pop, Daniel Martínez y Reyes Collin.

Los cuatro están acusados de haber formado parte supuestamente del grupo de 18 militares de la unidad especial Kaibil, que entre el 6 y el 8 de diciembre de 1982, .luego de torturar y violar a niños y mujeres, asesinaron al menos a 250 habitantes de la aldea Dos Erres, en el departamento de Petén, unos 600 km al norte de la capital.

Hasta ahora han sido detenidos ocho presuntos responsables de la masacre.

El juicio comenzará en el Tribunal Primero de Alto Riesgo de la capital, después de dos convocatorias fallidas, dijo Pérez.

Además, están detenidos por la matanza los ex kaibiles Pedro Pimentel, deportado desde Estados Unidos el 12 de julio; Gilberto Jordán y Santos López, presos en ese país; y Jorge Vinicio Sosa, capturado en Canadá, quienes serían llevados a juicio próximamente.

Otros dos sindicados de la matanza ya murieron, y otros ocho están prófugos.

La masacre fue cometida durante el régimen de facto del ex dictador Efraín Ríos Montt (1982-1983), y hasta el momento han sido recuperadas 223 osamentas, incluidas 113 de niños, según Aura Elena Farfán, directora de la Asociación de Familiares.

Una Comisión de la Verdad auspiciada por las Naciones Unidas documentó 669 masacres, de las cuales 626 fueron atribuidas a las fuerzas del Estado. Además, responsabilizó a los militares del 93% de los 200.000 muertos y desaparecidos que dejó la guerra civil.