La llegada de Venezuela a las semifinales de la Copa América-2011 de Argentina, todo un hecho histórico para el fútbol de ese país, generó sorpresa y un abrupto cambio de planes para muchos, rumbo a la semifinal del miércoles ante Paraguay, en una Mendoza sometida a bajas temperaturas.
El triunfo por 2-1 sobre Chile en la noche de San Juan (oeste), el domingo pasado, por los cuartos de final, marcó un paso crucial para Venezuela, que por primera vez se anotó entre los cuatro mejores equipos de la Copa América.
Tan buena fue la producción del seleccionado conducido por César Farías que alteró las previsiones más optimistas, incluso la de buena parte de la prensa, que a último momento cambió los pasajes de regreso a Caracas por tickets a esta ciudad.
Cercana a la frontera con Chile, Mendoza recibió con un frío intenso al seleccionado venezolano, que a pesar de estar lejos del clima cálido caribeño se aclimató desde hace varias semanas a las bajas temperaturas de esta región, e incluso a la ligera lluvia de agua-nieve que cayó la noche del lunes, en la práctica que se realizó en la cancha del club Andes Talleres.
El avance de la vinotinto despertó también el súbito interés de varios medios venezolanos, y según fuentes de la organización, se prevé que para el duelo ante Paraguay habrá más de un centenar de medios acreditados por ese país, una cifra inédita para este certamen regional.
La contrapartida es la escasa presencia de público venezolano en Mendoza, un puñado en comparación con hinchadas de otros países que arribaron con miles de simpatizantes a la Copa, como las de Paraguay, Brasil, Uruguay y Chile.
Precisamente, la eliminación de los dirigidos por Claudio Borghi fue lamentada en Mendoza, provincia limítrofe con Chile, y que suele ser destino turístico para miles de chilenos en vacaciones, además de los que habían llegado para alentar a la selección roja.
Desde la Cámara de Turismo de Mendoza se informó que la salida de Chile de la Copa significó para esta provincia una pérdida de ingresos por 4 millones de dólares, debido a la cancelación de paquetes turísticos que ya estaban vendidos.
Del mismo modo, las entradas para la semifinal que estaban agotadas antes del fin de semana pasado, “reaparecieron” en las últimas horas y varias personas ofrecieron tickets para el partido a quienes concurrieron a observar el primer entrenamiento de Venezuela.
Lejos de estas preocupaciones, el seleccionado venezolano disfruta su mejor momento, ya en la recta final de un certamen para el que se preparó como nunca.
“Nosotros nos preparamos para jugar seis partidos, los que consideran que perdieron porque jugaron mal contra nosotros, bueno, que nos sigan menospreciando”, advirtió el DT Farías, que durante todo el certamen reclamó “respeto” para sus dirigidos.
“Esto es bueno para los jugadores (porque), demostramos que venimos creciendo. Ahora sólo quedan dos pasos para llegar a la cima. Muchos creen que somos una sorpresa, pero hay que tener un poco de respeto”, señaló el arquero Renny Vega, en la misma línea con lo expresado por Farías.
El portero, que se desvinculó del club Caracas hace un par de meses y aún no definió su futuro, fue más lejos al señalar que “algunos pensaban que sólo sabíamos hacer telenovelas”, en referencia a una propaganda de la televisión chilena previa al partido de cuartos de final.
Ese aire de revancha que pregonó Vega podría extenderse a esta semifinal, pues ya en la primera ronda los jugadores venezolanos hablaron de las ganas de buscar desquite ante Paraguay, verdugo de la vinotinto en la penúltima fecha de la pasada eliminatoria mundialista.