Rebekah Brooks, la ex directora de la división británica del imperio de Rupert Murdoch, fue detenida unas horas el domingo por el escándalo de escuchas ilegales y corrupción, que también se ha cobrado la cabeza del jefe de Scotland Yard, Paul Stephenson.

Brooks salió en libertad bajo fianza la noche del domingo. “Puedo confirmar que fue puesta en libertad bajo fianza esta noche hasta finales de octubre”, indicó a la AFP el portavoz de Brooks, David Wilson.

La detención de Brooks, que el viernes dimitió como directora de News International, la división británica del grupo News Corp del magnate australo-estadounidense, coincide con la creciente presión de los laboristas, que reclaman el desmantelamiento del grupo en el Reino Unido y una ley contra “el abuso de concentración de poder”.

“Rebekah tenía un cita previa con la policía a la que acudió por su propia voluntad. Fue detenida cuando llegó (a la comisaría)”, explicó Wilson.

“Los acontecimientos del día cambian en cierta forma la posibilidad de que (Brooks) comparezca” ante una comisión parlamentaria el próximo martes, a la que también están convocados Murdoch y su hijo James, número tres de News Corp, admitió Wilson, quien asegura que los abogados de Brooks y los miembros de la comisión negociarán “en las próximas 24 y 36 horas” su presencia.

“El hecho de que haya sido detenida obviamente tiene implicaciones y es, sin ninguna duda, una garantía de que podrá asistir, independientemente de que quiera o no”, agregó.

Con Brooks, son ya diez las personas detenidas por el escándalo que resurgió a principios de mes con las denuncias de que durante el periodo en que dirigió el buque insignia de la prensa amarilla británica, el dominical News of the World (NotW), intervino el teléfono de una niña que había sido asesinada.

El escándalo hizo rodar al jefe de Scotland Yard, Paul Stephenson, el domingo por la noche, tras revelarse que se había reunido 18 veces con los dirigentes del grupo de Murdoch entre 2006 y 2010.

“He tomado esta decisión debido a las especulaciones y a las acusaciones sobre vínculos entre la policía metropolitana y News International” y “en particular con Neil Wallis”, ex director adjunto de NotW, declaró Stephenson en rueda de prensa.

Scotland Yard, acusada de no haber puesto mucho empeño en la investigación sobre las escuchas, tuvo que admitir que había reclutado como consultor en relaciones públicas a Wallis, que también era consultor de un lujoso hotel donde el jefe de la policía pasó cinco semanas este año, según la prensa.

Mientras, Rupert Murdoch, atrapado desde hace dos semanas por el escándalo que ha remecido a todo su imperio, prosiguió el domingo con sus actos públicos de contrición, publicando en varios periódicos un anuncio bajo el título “Se ha reparado el mal”.

News International prometió una “total cooperación con la policía”, “indemnizaciones para las víctimas” y “cambios” para prevenir cualquier nuevo desliz.

El propio Murdoch publicó en la prensa sabatina un mea culpa por las escuchas telefónicas practicadas a gran escala desde comienzos de los años 2000 por NotW, cerrado precipitadamente la semana pasada.

Según la policía, el diario habría intervenido el teléfono de unas 4.000 personas, entre ellas a familias de adolescentes asesinados.

Estas revelaciones hicieron que el conjunto de la clase política británica arremetiera contra Murdoch, comenzando por los laboristas, que este fin de semana lanzaron una nueva carga contra el magnate.

El líder laborista Ed Miliband pidió el desmantelamiento de la división británica del grupo Murdoch y una ley contra “el abuso de concentración de poder”, tras presentar una moción parlamentaria para exigir el retiro de su oferta para comprar la totalidad de la mayor plataforma de televisión por satélite británica, BSkyB.

A pesar de que Rupert Murdoch sacrificó a Rebekah Brooks y a Les Hinton, que la precedió en la dirección de los diarios británicos del grupo, y renunció a sus proyectos de BSkyB, el escándalo sigue creciendo.

Según The Sunday Telegraph, miembros del consejo de administración de BSkyB, del cual Murdoch posee 39%, habrían decidido reunirse el 28 de julio para considerar el futuro de James Murdoch, hijo del magnate, en la dirección del grupo.