El presidente venezolano Hugo Chávez admitió el miércoles que podría necesitar un tratamiento de quimioterapia para “blindar” su cuerpo contra el cáncer, pero dio a entender que la enfermedad no afectó a órganos como el colon o el estómago y confió en su total curación.

“Después de la extracción del tumor ha habido un nivel óptimo de recuperación (…) Vamos a entrar de lleno en la segunda etapa y a lo mejor en una tercera que muy probablemente requerirá la aplicación de métodos como radioterapia o quimioterapia, para blindar el cuerpo de estas células malignas que amenazan”, dijo Chávez por teléfono en la televisión oficial VTV.

A Chávez, de 56 años, se le extrajo el 20 de junio en La Habana un tumor canceroso de la zona pélvica, según la información oficial. Este miércoles no quiso dar más detalles sobre la zona de su cuerpo en la que se encontraba el cáncer, aunque sí negó rumores sobre que estaba en el colon o el estómago.

“Dicen que si tengo el colon picado en cuatro pedazos, el estomágo picado: No tengo nada de eso picado y creo que deben haberse convencido por las actividades que vengo realizando en esta etapa. Es un cáncer pero no como algunos quisieran”, dijo el Presidente.

Chávez, en el poder desde 1999, pudo regresar de Cuba a Venezuela el 4 de julio pero necesita seguir un tratamiento médico riguroso.

“Yo tenía un tumor grande. Cuando vi esa imagen, dije: ‘Dios mío’. Era casi como una pelota de beisbol”, dijo.

Chávez, que prevé ser candidato en las elecciones presidenciales de 2012 y lograr un tercer mandato de seis años, dijo que la enfermedad le ha ayudado a admitir errores y empezar a cambiar la forma de ver su vida.

“Me siento mejor que nunca. Estamos en tiempo de resurrección (…) Este ser humano está en un proceso de renovación espiritual”, dijo.

Chávez afirmó que está aprendiendo a “delegar”, a dejar que sus ministros existan por sí mismos y trabajen de forma independiente.

“No me considero impresdincible. Aquí hay un proceso desatado y uno juega un rol”, agregó.

“Estaba matándome yo mismo: comía de todo, estaba gordo como un tanque, andaba con tres teléfonos prendidos, veía algo por televisión y llamaba a un ministro (…) la gente me daba papelitos pidiéndome cosas. Era una angustia permanente que no me dejaba ni respirar y la culpa era mía”, concluyó, explicando que perdió 14 kilos en este último mes.