El propóleo, un producto elaborado por las abejas con el fin de proteger sus colmenas y repararla en casos de grietas, se ha transformado en una buena alternativa para el tratamiento de una serie de enfermedades respiratorias.

La sustancia natural producida con la resina de plantas y árboles que recolectan estos insectos, que tiene un aroma dulce y un sabor levemente amargo, sirve para el tratamiento de gripe, sinusitis, laringitis, bronquitis, por su acción antiinflamatoria y anestésica. Asimismo es utilizada para contrarrestar infecciones de la piel, pues actúa como regenerador.

La doctora Carolina Monteros, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello, señaló que este producto es usado desde la antigüedad y existen registros de que los egipcios lo usaban como parte de sus cremas de embalsamar.

La académica sostiene que aunque su composición variará un poco de acuerdo del lugar donde se encuentre la colmena, el propóleos está compuesto por resinas y bálsamos (50 – 55%), cera (25 – 35%), aceites volátiles (10%), polen (5%) y sustancias orgánicas y minerales (5%).

Igualmente destacó que el propóleo sirve para el tratamiento de enfermedades respiratorias como gripe, sinusitis, laringitis, bronquitis, por su acción antiinflamatoria y anestésica. “Su acción como protector del sistema respiratorio sirve para mitigar los efectos de la contaminación atmosférica. Además, tiene efecto antiinflamatorio y antiviral para enfermedades de causa inmunológica, como asma o alergias”, asegura la experta.

La doctora Montero detalló otros beneficios de este producto en las infecciones de la piel y como regenerador o cicatrizante de tejidos con efectos aún mejores que el aloe vera.

Asimismo sostiene que también ayuda en enfermedades del sistema digestivo, urinario y ginecológico. “Existen estudios de su uso en cáncer, sida. Y sus componentes lo transforman también en un suplemento alimenticio, en especial cuando está mezclado con miel”, precisó.

La presentación más efectiva del propóleo es, según la académica de la UNAB, la del producto natural, pero no es fácil de obtener. Sin embargo, ya existen en el mercado varias presentaciones, que son en general buenas, dependiendo de la seriedad del laboratorio que la produce. “Si se cuenta con propóleos natural, o poco elaborado, es bueno protegerlo de la luz y el exceso de temperatura”, sostuvo.