Los astronautas del transbordador estadounidense Atlantis, que el domingo se acopló por última vez a la Estación Espacial Internacional (ISS), empezaron el lunes a preparar la descarga de alimentos que permitirá que la estación cuente con suministros durante un año.

A las 10:46 GMT (06:46 horas en Chile), los astronautas retiraron el módulo presurizado Raffaelo del pañol del transbordador mediante el brazo cibernético de la estación, a la que permanecerá adosado, informó la NASA.

El módulo presurizado, del tamaño de un minibus y construido por la agencia espacial italiana, contiene más de cuatro toneladas de alimentos y equipos para la ISS, añadió la misma fuente.

Raffaelo transporta 1,3 toneladas de alimentos que permitirán que la tripulación permanente de seis personas en la ISS cuente con suministros durante un año.

Los astronautas del Atlantis y de la ISS comenzarán el martes a descargar el módulo. Y cuando éste se haya vaciado, lo cargarán con 2,5 toneladas de desechos y equipamientos que ya no son necesarios en la ISS para regresarlos a la Tierra.

Los astronautas tomarán una semana para realizar estas tareas. “Va a ser un periodo muy ocupado”, dijo el director del vuelo Jerry Jason.

Además, el equipo que viajó a la ISS prepara la última salida orbital prevista para el martes a las 12:44 GMT (08:00 horas en Chile).

Generalmente, esta expedición orbital es realizada por los astronautas de la nave. Pero esta vez, serán dos miembros del equipo de la ISS, los estadounidenses Ronald Garan y Michael Fossum, quienes la llevarán a cabo.

La salida al espacio tiene dos objetivos. Por un lado, los astronautas retirarán de la estación un surtidor de amoníaco (refrigerante) que no funciona más para regresarlo a la Tierra. Además, instalarán un nuevo sistema experimental que permitirá llenar automáticamente con carburante a los satélites para alargarles la vida.

La Nasa anunció el lunes que un desecho orbital detectado este fin de semana no significaba un riesgo para la estación.

La misión, de 12 días de duración y que incluye en su tripulación de cuatro miembros a una mujer, marca el final de una era espacial, dejando a Estados Unidos sin naves capaces de poner en órbita a sus astronautas.

Con su regreso a la Tierra, previsto para el 20 de julio poco antes de las 07:00 horas, la era de los transbordadores habrá terminado.

El envío a museos de los tres transbordadores que restan de la flota inicial de seis -el prototipo, Enterprise, nunca voló, y dos se perdieron en catástrofes, el Challenger en 1986 y el Columbia en 2003, provocando la muerte de 14 personas en total- dejará a Estados Unidos sin transporte orbital para sus astronautas.

Dependerá entonces de los Soyouz rusos hasta que una nueva nave espacial pueda tomar el relevo.

La ISS, un proyecto de 100.000 millones de dólares en el cual participan 17 países y financia sobre todo Estados Unidos, fue construido entre 1998 y 2010, insumiendo unos 30 vuelos de transbordador.

La estación pesa más de 408 toneladas y ofrece un espacio habitable equivalente al de un Boeing 747.