Estados Unidos debe “hacer algo más” frente a sus problemas de tráfico de armas y consumo de drogas que están creando violencia e inseguridad en México, dijo el viernes la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, en una conferencia de prensa.

“Hago un llamado a Estados Unidos, señalado como el principal consumidor de drogas y proveedor de armas, para que haga algo más para que el pueblo de este país este más seguro”, dijo Pillay en México, al concluir una visita de casi una semana en ese país.

Pillay, que revisó los principales problemas en materia de derechos humanos del país hispano, añadió que según un estudio realizado por su despacho encontró que “el 70 por ciento de las armas vendidas en Texas, Arizona y California terminan aquí, en México”.

La sudafricana Pillay se declaró “profundamente consternada por los muy altos y aún crecientes niveles de violencia criminal” en México y expuso que “algunas de las raíces del problema están más allá de las fonteras” del país latinoamericano.

Navi Pallay, que concluyó una visita a México de cinco días, se reunió con el presidente Felipe Calderón, con los secretarios de Gobernación (Interior), Defensa y Seguridad Pública y con autoridades del gobierno del estado de Oaxaca (sur) y de la Ciudad de México.

La diplomática reconoció “un número importante de avances” efectuados por el gobierno, como una reciente reforma en derechos humanos, “sin embargo la reforma ahora necesita ser implementada y profundizada”, añadió.

Por último se destacó la “situación precaria que enfrentan las y los defensores de derechos humanos y periodistas” asesinados y desparecidos en México.

“Me encuentro alarmada por los altos niveles de impunidad que prevalecen en relación a los ataques encontra de periodistas y hago un llamado urgente a que esta impunidad sea erradicada. El mecanismo para la protección de periodistas requiere ser implementado sin demora”, acotó.

Los choques entre nacotraficantes y con las fuerzas de seguridad han dejado un saldo de más de 37.000 muertos desde 2007 cuando el gobierno mexicano lanzó un operativo nacional con la participación de unos 50.000 militares.

En el marco de esos choques también han aumentado los ataques a periodistas. México es el país de América más peligroso para la prensa, según la ONU, cuyo relator para la libertad de expresión contabiliza en la última década 66 periodistas asesinados y 12 desaparecidos.