El armamento que el cártel de drogas Los Zetas compra en Estados Unidos es introducido clandestinamente a México por el Río Bravo, a raíz del incremento en la seguridad, según el testimonio de uno de los mandos detenidos de esa agrupación difundido por la policía mexicana el martes.

“En Estados Unidos, todo el armamento se compra en Estados Unidos (…) Antes se pasaba por el puente (internacional), ahorita se pasa por el río (Bravo), ya se nos dificulta”, dijo Jesús Enrique Rejón Aguilar, alias ‘El Mamito’, uno de los líderes y fundadores de Los Zetas, según el testimonio difundido por la secretaría de Seguridad Pública.

Los gobiernos de México y Estados Unidos incrementaron desde hace un par de años los controles de seguridad del paso de automóviles, camiones y personas por los puentes internacionales que hay a lo largo de los 3.000 km de frontera que comparten.

El Río Bravo -que en algunos puntos es muy caudaloso- en el estado de Tamaulipas (noreste) funge por tramos como línea divisoria entre ambos países.

A pesar del incremento de la seguridad en la frontera con Estados Unidos, Rejón Aguilar aseguró que “como quiera hay, o sea se consigue” armamento estadounidense, según su testimonio.

El capo detenido el domingo en un distrito colindante con la ciudad de México mientras era escoltado por un policía también dijo que su organización delictiva compra la droga que trafica en Guatemala, dato proporcionado parcamente por la policía mexicana cuando presentó el lunes a Rejón Aguilar ante la prensa.

A pregunta expresa de cómo obtienen Los Zetas las drogas que trafican y con qué cartel de drogas extranjero estarían asociados el detenido respondió: “no, ignoro. Eso lo maneja otro personal, pero siempre lo han manejado por Guatemala, porque no es confiable los colombianos (…) Nosotros compramos en Guatemala”.

El cartel de Los Zetas fue fundado por ex militares de élite en la década de 1990 con la finalidad de ser los pistoleros del cártel del Golfo, asentado en el estado mexicano de Tamaulipas hasta su separación en 2009.

El gobierno mexicano ha exigido a Estados Unidos controlar la venta de armamento, sobre todo los rifles de asalto que terminan en manos de narcotraficantes mexicanos, a los que atribuye las más de 37.000 muertes registradas desde que inició en 2006 un operativo antidrogas.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, ha asegurado que de las 112.000 armas decomisadas en los últimos cuatro años en México, 80% provenía de Estados Unidos.