En las competencias ciclistas -y sobre todo en las de renombre mundial- participan cientos de deportistas, por lo que las salidas suelen ser muy compactas.

El problema de ello es que, como si fuera una gran cadena de producción, basta el más mínimo error para provocar un accidente a gran escala. Esto es lo que ocurrió durante la primera etapa de la Vuelta a Francia 2011, donde un espectador se acercó más de la cuenta a la ruta para generar una desastrosa reacción en cadena.

Más de 50 ciclistas cayeron al suelo, mientras el resto de los competidores debieron esperar a que estos se levantasen para despejar el camino y seguir adelante.

Por fortuna, no hubo lesionados de consideración.

http://youtu.be/UjilipUGNGk