Antes de la primera columna, una aclaración: no soy “viuda” de Bielsa porque, básicamente, me habría gustado una mayor apertura suya con los medios. Un debate táctico más permanente, no sólo aquel que aparecía en la “previa” de un partido o en el “post” del mismo. Desde luego, valoro la disciplina, rigor y rendimiento que le sacó a la “Roja” y también me seduce lo que transmite él como ser humano. Pero “viuda” no soy, eso es otra cosa.

Por José Manuel García

Y en cuanto a Borghi, a veces me supera. Cuando critica a los periodistas sin decir con claridad a quién y nos mete a todos en el mismo saco -a los “rostros” y a los anónimos como yo- no me gusta. Al final, termina hablando de todo y me agota (a otros les pasará eso con Bielsa…). Pero es Borghi -para los más cercanos  el “Bichi”- y está en la Selección Nacional y mi deseo es que le vaya bien.

Después del “rayado de cancha”, vamos al partido y dos aspectos que me parecen centrales.

Lo primero es la expectativa. Después de ver a Argentina y Brasil -y también a sus rivales- es obvio que el estreno siempre cuesta. Dos candidatos de siempre fallaron en el debut. Las armas de los adversarios -orden defensivo y carácter para sostener el resultado- complicaron a los locales y también a los de Mano Menezes. Si bien las distancias en el fútbol se han acortado, era casi impensable esperar que perdieran puntos, sobre todo en el caso del equipo de Batista. Pero la enésima omisión de Messi cuando se trata de jugar por su país y la falta de peso como equipo explican el empate (que sólo llegó a falta de 15 minutos para el final). Y en el caso de Brasil, la pretensión de llegar hasta el fondo del arco de Vega y los escasos espacios apuraron un gélido 0-0 que congeló a Neymar, Robinho y compañía.

Me pregunto, ¿podrá la Roja responder al cartel de favorito?

Claudio Borghi ha sido claro en cuanto a cómo parará el equipo: doble “5” con Medel y Vidal, eso para empezar, para regular los tiempos, para soltar al conjunto o replegarse. El damnificado fue Carlos Carmona. El mediocampo se completará con Isla -que al nivel actual puede desequilibrar por su banda y juntarse seguido con AS7- y Beausejour, otrora agente de ataque con Bielsa,  hoy volante, un externo algo híbrido cuya función aparece menos definida que con “El Loco”.

A la espera de lo que oponga México hay que subrayar otro aspecto también: los aztecas perdieron a 8 jugadores por indisciplina. Luis Fernando Tena lidió entonces con dos problemas: la desazón por la falta de compromiso de los excluidos y, contra el tiempo, con la necesidad de adaptar a los nuevos citados a las funciones que había trabajado con los desafectados. Por lo mismo, habrá que ver, al cabo, cómo funciona el equipo mexicano, un cuadro básicamente sub 22 con algunas incrustaciones y cuya mejor figura es el volante Giovani dos Santos.

El comienzo sugiere expectativas, pero obliga a considerar las presiones. Fallaron argentinos y brasileños, otros “candidatos”. ¿Qué pasará con Chile, con la generación que tiene que ganar la Copa porque si no es ahora, cuándo? (y lo escribo en cursivas porque ésa parece ser la obligación).

¿Podrá ser?