Transexuales y prostitutas se manifestaron este lunes en San Salvador para pedir a los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), que resguarden sus derechos y su integridad personal, dentro del plan regional de seguridad que preparan en su asamblea anual.

Un centenar de activistas en favor de los derechos de las minorías sexuales y trabajadoras sexuales se congregaron en la Plaza Italia de la capital, a un par de cuadras del centro de convenciones donde los cancilleres y delegados de 34 países debatían acciones contra el crimen en el continente.

“Este punto de la seguridad (que discute la OEA) nos cae de pelo, porque hay demasiados asesinatos hacia la población transexual” en El Salvador, dijo a la AFP Carla Avelar, quien preside la entidad Concavis Trans, durante la colorida manifestación, una de las tres que hubo en la jornada, en la capital en el marco de la cita de OEA.

Avelar, quien vestía un traje negro y lentes oscuros, pidió que la OEA “les exija a las autoridades (salvadoreñas) que investiguen los asesinatos de transexuales”, en especial algunos que causaron gran conmoción, como los de Catherine y Daniela, torturadas juntas y salvajemente asesinadas en 2008.

Según los activistas al menos dos transexuales o prostitutas son asesinadas cada mes en el país, en promedio.

“Nunca ha sido condenado nadie” en el país por este tipo de “crímenes de odio”, dijo Avelar.

El sábado los grupos que defienden a las minorías sexuales entregaron un documento con peticiones a la OEA, en el marco de un encuentro del secretario general del foro, José Miguel Insulza, con organizaciones sociales del continente.

La principal demanda, además de seguridad, es conseguir oportunidades de empleo y educación para las trabajadoras sexuales y los miembros de minorías sexuales.

“En San Salvador hay más de 600 trabajadoras sexuales y cada día se incrementa (el número) por la falta de empleo y la falta de educación. Son los Estados los que nos impulsan al trabajo sexual”, dijo a al AFP Haydée Laínez, presidenta del grupo Orquídeas del Mar, que aglutina a prostitutas salvadoreñas.

“Estamos como trabajadoras sexuales denunciando todas las violaciones de los derechos humanos que estamos sufriendo, porque el alcalde (de San Salvador) Norman Quijano sigue sacando a las trabajadoras sexuales de las plazas para limpiar la ciudad”, afirmó Laínez, quien ha ejercido la prostitución durante 25 años.

Carla Avelar, de 33 años, lamentó también la falta de oportunidades de la comunidad transexual, pues sus únicas opciones laborales son la prostitución o la peluquería.

“Puedes ir a dejar un currículum (vitae a una empresa), pero te ven tu apariencia y ya te rechazan y discriminan, independientemente de tus capacidades”, expresó.

“Estudiar es bastante difícil. Para la mayoría de las compañeras la única opción es ser trabajadoras sexuales o estilistas, pero no es lo que queremos, también nos gustaría ser doctoras o ingenieras”, dijo Avelar, quien es portadora de VIH desde hace 16 años.

“No hay seguridad ciudadana cuando no se cumplen todos los derechos de nuestra comunidad ‘trans’. Una región más segura es aquella que vela por la dignidad de sus pueblos y sus comunidades”, expresó Johana Ramírez, de la Red Lactrans, a la AFP.

Dijo que la situación de los transexuales no es mucho mejor en otros países centroamericanos donde predomina el machismo, como Honduras y Guatemala, que junto a El Salvador tienen las más tasas altas de homicidios del mundo.