El dirigente norcoreano Kim Jong-Il llegó a la ciudad china Changchun en el segundo día de una visita a China, probablemente destinada a obtener ayuda económica para su país en dificultades, anunció el sábado la cadena de televisión surcoreana YTN.

Según la televisión surcoreana, el tren especial de Kim Jong-Il abandonó el viernes la ciudad de Mudanjiang (noreste), donde se alojó en un hotel, fue visto en la estación de Changchun, centro económico y capital de la provincia de Jilin.

En su última visita en agosto de 2010, Kim se había reunido en Changchun con el presidente chino, Hu Jintao, quien le exhortó a que reformara la economía de su país, sometida al Estado y a que se inspirara en las reformas chinas.

En la estación de Changchun se habían adoptado importantes medidas de seguridad y se observaba una amplia presencia policial en las calles que llevan desde la estación a un hotel de lujo en la ciudad, donde Kim Jong-Il ya se había alojado en su visita anterior, según la televisión YTN.

Según los medios de comunicación surcoreanos, el dirigente norcoreano llegó a China el viernes.

Los medios de comunicación surcoreanos también han informado de la visita del hijo más joven del dirigente norcoreano Kim Jong-Un a esta ciudad china fronteriza (noreste), a donde habría llegado en un tren especial.

No obstante, “no hay certeza de que Kim Jong-Un haya acompañado a su padre”, indicó un responsable surcoreano, citado por Yonhap.

Según otra fuente, el nombre de Kim Jong-Un no figura en la lista oficial de las 70 personas que acompañan al líder norcoreano.

Esta sería la tercera en un poco más de un año del dirigente norcoreano a su principal aliado y suministrador de ayuda económica.

Ni Seúl ni el ministerio chino de Relaciones Exteriores han comentado la visita.

El régimen de Pyongyang, única dinastía comunista en el mundo, se resiste a realizar reformas por miedo a que el férreo control que mantiene sobre el pueblo se resquebraje, pese a las penuria crónica que sufre el país.

Para Kim Yong-Hyun, investigador de la Universidad Dongguk de Seúl, esta visita refleja la voluntad de Kim de reforzar los lazos económicos con Pekín.

La influencia económica china en Corea del Norte, aumentó cuando Corea del Sur y los países occidentales suspendieron su ayuda ante la amenaza nuclear norcoreana y al rechazo de Pyongyang a hablar de desnuclearización.

Los intercambios comerciales entre Corea del Norte y China aumentaron 32% el pasado año para alcanzar los 2.400 millones de euros.

“Esta visita en China, principal apoyo de Corea del Norte, contribuirá a estabilizar el norte y a afianzar el proceso de sucesión entre el padre y el hijo”, estimó por su parte Yang Moo-Jin, profesor de la Universidad de estudios norcoreanos en Seúl.

La presencia de Kim Jong-Il, de 69 años, con una salud al parecer frágil, trata de mostrar también que sigue al frente de las riendas del poder, según el profesor Kim Yong-Hyun.

Víctima de un ataque en agosto de 2008, desde entonces aceleró el proceso de sucesión a favor de su hijo Kim Jong-Un.

Con 27 años, el hijo más joven de Kim Jong-Il se convirtió en septiembre en miembro del Comité Central del partido único en el poder y vicepresidente de la comisión militar central.