La conferencia de donantes celebrada el martes en Kiev reunió 550 millones de euros sobre los 740 millones que faltan para construir una nueva capa aislante en la central nuclear ucraniana de Chernobyl accidentada en 1986.

“Las contribuciones anunciadas esta mañana permiten reunir, tras un nuevo cálculo corregido, la notable suma de 550 millones de euros” (785 millones de dólares), declaró el primer ministro francés, François Fillon, tras la conferencia de donantes que copresidió, ya que Francia es el actual presidente del G8.

Inicialmente, Fillon había anunciado que se habían reunido 575 millones de euros.

“Hemos estado a la altura de lo que está en juego”, estimó.

Para el primer ministro francés, se trata de “un importe mínimo”, ya que varios países “se comprometieron (…) pero no estaban en condiciones de comunicarnos la suma exacta hoy”.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, prometió que la Unión Europea entregaría 110 millones de euros, mientras que Estados Unidos prometió 123 millones de dólares (86 millones de euros).

Francia anunció una contribución de 47 millones de euros, Alemania de 42 millones, Gran Bretaña de 28,5 millones de libras (32,45 millones de euros) y Rusia de 45 millones de euros.

El presidente ucraniano Viktor Yanukovich elogió el resultado “sin precedentes” de la conferencia.

“Reunir los fondos no fue fácil”, dadas “las dificultades debidas a la crisis económica y financiera, pese a lo cual se nos brindó un firme apoyo”, agregó.

“Terminar de concretar este proyecto es importante para el pueblo ucraniano, pero también tiene dimensión mundial”, estimó.

El mandatario recordó que, para que Chernobyl se vuelva “ecológicamente seguro”, es necesario “construir un nuevo sarcófago alrededor del reactor accidentado, así como un depósito seguro para poner el combustible nuclear usado”.

El accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima “demostró que la seguridad nuclear ignora las fronteras nacionales”, añadió Yanukovich.

Representantes de más de 50 países participaron el martes en Kiev en una conferencia internacional de donantes para intentar reunir los 740 millones de euros (1.060 millones de dólares) que faltan para construir una nueva capa aislante en el reactor de la central nuclear ucraniana de Chernobyl accidentada en 1986.

Si esta reunión en Kiev tiene lugar en la semana del 25 aniversario de la peor catástrofe de la historia de la energía nuclear civil y apenas algo más más de un mes después del sismo y tsunami en Japón, los participantes se manifestaron a favor del desarrollo del sector atómico aunque exhortando a reforzar su seguridad.

Los pedidos para renunciar a la energía nuclear “no son más que sueños vacíos de sentido y que no tienen nada que ver con la realidad”, declaró Yanukovich.

“Todos los países que producen la electricidad nuclear deben tomar conciencia de que esto pasa por una exigencia mínima en materia de seguridad”, afirmó por su parte Fillon, militante de un “mecanismo de intervención rápida” internacional para responder a los incidentes nucleares.

La central de Chernobyl, a 100 km al norte de Kiev, fue escenario de la peor catástrofe nuclear de la historia, cuando su cuarto reactor estalló el 26 de abril de 1986, contaminando una buena parte de Europa, y en especial de Ucrania, Bielorrusia y Rusia.

La unidad accidentada fue recubierta en 1986 con una capa de cemento, pero ésta, construida muy rápido, tiene ahora fisuras.

Un consorcio formado por las empresas francesas Bouygues y Vinci ganó en 2007 una licitación para la construcción de un nuevo sarcófago, financiado por un fondo internacional gestionado por el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD).