Las autoridades sanitarias brasileñas supervisarán los alimentos llegados de Japón para detectar eventual radiación tras el accidente nuclear en ese país, informó este jueves la estatal Agencia Brasil.

Brasil es un gran consumidor de productos japoneses debido a la inmigración japonesa que comenzó hace más de cien años con políticas para la llegada de mano de obra para la agricultura.

Se estima actualmente que la comunidad japonesa de Brasil es la mayor del mundo fuera de Japón, con 1,5 millones de descendientes.

Hace apenas una semana las autoridades sanitarias brasileñas habían indicado que no adoptarían medidas para controlar la eventual radiación en alimentos, por considerar que los que se importan no tienen ese peligro.

Los controles en Brasil los realizarán laboratorios de la red de la comisión nuclear, y además serán exigidos certificados de autoridades sanitarias japonesas para cualquier importación procedente de las provincias próximas a la central nuclear de Fukushima en Japón, según la Agencia Brasil.