Cuatro civiles y un policía murieron este jueves en el atentado de un kamikaze que hizo estallar su coche bomba delante de un puesto de policía en el noroeste de Pakistán, anunció la policía.

Este nuevo ataque se produjo en Duaba, no muy lejos de la guarnición de Hangu, cercana a las zonas tribales, bastión de los talibanes paquistaníes, principal santuario en el mundo de Al Qaida y base de retaguardia de los talibanes afganos.

“Cuatro civiles y un policía murieron en un atentado con coche bomba”, indicó a la AFP por teléfono Abdul Rashid, oficial de la policía local, y precisó que 25 personas resultaron heridas.

El kamikaze no consiguió forzar la barrera que protegía el puesto policial y activó su bomba a varios metros de distancia, pero el edificio resultó destruido parcialmente y una decena de casas de los alrededores sufrieron desperfectos, según Rashid.

Las circunstancias del ataque y el balance provisional fueron confirmados a la AFP por otro oficial de policía en el lugar, Muhammad Masood Jan Afridi.

Pakistán está registrando una ola sin predecentes de casi 450 atentados desde el verano de 2007, cometidos esencialmente por kamikazes de los talibanes aliados de Al Qaida, que han dejado más de 4.100 muertos en tres años y medio.

El principal grupo insurgente, el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), decretó durante el verano de 2007, al alimón con Osama bin Laden en persona, la yihad al Gobierno pakistaní por su apoyo a Washington en su “guerra contra el terrorismo” desde finales de 2001.

Los atentados están dirigidos casi siempre contra las fuerzas de seguridad -ejército, policía, servicios de información- aunque con más frecuencia también civiles.

El 9 de marzo, 37 personas murieron víctimas de un kamikaze a pie que hizo estallar su carga en el funeral de la esposa de un miliciano anti-talibán en Peshawar, en el noroeste. El día anterior, un devastador atentado en una gasolinera cerca de las dependencia de los poderosos servicios de información en Faisalabad (centro), dejó 25 muertos y más de 150 heridos.

El TTP reivindica en general los atentados contra las fuerzas de seguridad, cometidos como represalia, sostiene, por las ofensivas del Ejército pakistaní y los misiles casi diarios disparados por aviones no tripulados estadounidenses de la CIA contra dirigentes de Al Qaida y talibanes pakistaníes o afganos en las zonas tribales, fronterizas con Afganistán.