La experta en toxicología genética y académica de la Facultad de Química y Biología de la Usach, Marcela Aranda, expresó que pese a que aumentó de 3.700 a 4.000 microsievert el nivel de radiación en Fukushima no deberían existir daños o alteraciones genéticas en las células somáticas debido a la capacidad de reparación que tienen.

A juicio de la bióloga, cualquier tipo de daño en la salud de las personas no se reflejará de forma inmediata, ya que las exposiciones a radiaciones “más que producir cambios en un gen específico, generan quiebres en el ADN y, en consecuencia, las alteraciones se manifiestan años después”.

En la misma línea, agregó que estudios epidemiológicos han determinado que hay una probabilidad de 1 en 10 que una persona padezca de leucemia con una dosis de 2,5 millones de microsievert.

La académica de la Usach sostuvo que diversos estudios han demostrado que a partir de los 10 millones de microsievert se produce la muerte celular. En cambio, cualquier daño al ADN podría originarse un poco antes de los 2 millones.

“Por tanto, es fundamental que los niveles (en Fukushima) no sigan subiendo, pues si se alcanza la radiación de un millón de microsievert hay que estar alertas y adoptar medidas importantes de precaución. Además, se ha determinado que las personas muy jóvenes han presentado un número significativamente mayor de alteraciones al compararlos con personas de más edad. Entonces, también depende de otros factores, además de la dosis de radiación”, afirmó.

Marcela Aranda explicó que los posibles problemas en la salud de las personas expuestas a la radiación nuclear, sólo se visualizan dentro de los primeros cinco años, porque “más que producir un cambio en un gen específico, se generan quiebres en el ADN, por eso, los daños son a largo plazo”.

Consultada por la transmisión de posibles alteraciones a las generaciones futuras, la bióloga genética de la Usach precisó que sólo es viable si el daño se produce en las células germinales.

“La progenie que se obtenga a partir de ese espermio u óvulo con daño en el ADN, puede sufrir, por ejemplo, una leucemia y/o un cáncer en otros tejidos, en edades tempranas”, aseguró.