Buenos Aires ocupa un lugar de honor en el Salón del Libro de París, que arranca el jueves con una invitación a descubrir la ciudad de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar a través del imaginario de sus escritores.

Esta es la primera vez que el Salón del Libro parisino, creado hace 32 años, consagra a una ciudad, indicaron los organizadores, que han invitado a una veintena de escritores originarios de la ciudad porteña –o inspirados por ella– para participar en mesas redondas, charlas, talleres y lecturas.

“Se buscaba una gran capital literaria, como es Buenos Aires”, indicaron los organizadores, recordando que además esa ciudad fue elegida Capital Mundial del Libro 2011 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), título que ostentará desde el 23 de abril.

Esta edición del Salón del libro celebra también a la literatura nórdica, para lo que ha convidado a unos 40 escritores de cinco países: Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia.

Buenos Aires tendrá en el Salón un stand de un centenar de metros cuadrados, que recreará la atmósfera de los cafés porteños y donde una decena de autores que viven y escriben en esa ciudad dialogarán con el público y con otros escritores, también porteños, que viven y escriben en París.

Ahí, en el Café Buenos Aires, estarán Luisa Futoransky, Martin Kohan, Pablo de Santis, Elsa Osorio, Oliverio Coeho, Laura Alcoba, Alicia Dujovne-Ortiz, Jorge Fondebrider, Andrés Neuman, Alan Pauls, Hernán Ronsino, Hermenegildo Sabat, Graciela Aráoz, Alicia de Arteaga, Eduardo Berti, Juan José Sebreli, Damián Tabarovsky, Maximiliano Tomas y el dibujante Quino.

“En momentos en que los encuentros internacionales son mayormente para referirse a cómo solventar la deuda o la mejor manera de hacer frente a desastres o conflictos, un paréntesis en el que nos dediquemos a hablar de libros, y en este caso de libros argentinos en París, es la mar de bienvenido”, declaró una de las invitadas, Luisa Futoransky.

La escritora y poeta radicada en París expresa sin embargo un claro rechazo a la separación establecida entre “los que se fueron y los que se quedaron”, prefiriendo subrayar la unidad de la lengua porteña.

“Durante mucho tiempo fue un latiguillo a veces ulcerante, esa línea demarcatoria entre los que se fueron y los que se quedaron”, dijo Futoransky a la AFP, afirmando que esa separación funcionaba como “una suerte de índex”, en donde “unos y otros se ponían respectivamente en nóminas de gracia o de desgracia”.

“Pero hoy pienso que esa delimitación, más que artificial, es gratuita e innecesaria”, agregó, opinando que “existen los escritores de buenos libros, los de coherencia interna, estén donde estén”.

“En este caso tenemos un denominador común, que muy bien llamó Borges ‘el idioma de los argentinos’”, destacó Futoransky, quien el sábado participará en un encuentro alrededor del tema “De Buenos Aires a París: un sendero vivido o soñado”.

“Dialogaré con Laura Alcoba, Alicia Dujovne y Jorge Fondebrider. Los cuatro tenemos una relación fortísima con París. Laura y yo vivimos aquí, y Alicia y Jorge lo han hecho por largas temporadas”, dijo.

La participación de los escritores porteños no se limita al Salón del Libro, que se desarrolla en un inmenso espacio de 40.000 cuadrados en la Puerta de Versalles, sino que también protagonizarán actos en librerías y bibliotecas parisinas.

La invitación de la literatura porteña a la Capital Luz inaugura la manifestación Tandem Buenos Aires-París, plataforma de intercambios artísticos y culturales entre ambas capitales, que incluye muestras de arte, música, teatro, cine y danza.

Ese programa se desarrollará en dos etapas: París en Buenos Aires, de abril a junio, y Buenos Aires en París, de septiembre a noviembre.