Nikola Nikezic, jugador montenegrino del equipo ruso Kuban Krasnodar, se quejó ante la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) y el organismo regidor en Europa (UEFA) de que su club le forzó con violencia a romper su contrato, informó la prensa local de este martes.

“Firmé un contrato de dos años en marzo de 2010 y ayudé al club a su promoción en la Premier League (primera división rusa) el año pasado. Pero este año los directivos dijeron que no necesitaban mis servicios y me plantearon romper el contrato”, contó el jugador al diario Kommersant.

“Pero me negué a un traspaso” y “tras mi negativa dos hombres vinieron a mi habitación y me golpearon, amenzándome y pidiendo que firmara unos papeles”, adujo, aludiendo a las instalaciones de entrenamiento del club, que dirige el presidente de la región de Krasnodar, Alexander Tkachev.

“Aquello duró 20 minutos. Después estaba muy afectado y firmé”, según las declaraciones del montenegrino reproducidas en el Kommersant, que aluden a una supuesta agresión ocurrida el pasado 7 de marzo.

“No creo en una investigación imparcial del caso llevada a cabo por la federación de Rusia, y decidí acudir a la FIFA y la UEFA”, explicó el montenegrino, que dijo que recibió amenazas según las cuales sufriría daños físicos permanentes si no firmaba su abandono del club.

Ante las acusaciones del jugador, el club las negó, calificando la historia del montenegrino de “improbable”.

La liga rusa se negó a comentar las informaciones del caso publicadas en la prensa, mientras que el sindicato de jugadores invitó al futbolista a tomar medidas legales contra sus supuestos agresores.

“Si esta historia es cierta, la gente culpable de organizar y ejecutar estos actos de violencia deberían ser castigados como criminales. Si el club inició esto, no pertenece al fútbol ruso”, reaccionó el presidente del sindicato, Alexander Zotov.