El Consejo de Seguridad de la ONU se reunía este sábado por segunda jornada consecutiva para intentar aprobar sanciones contra el régimen libio del coronel Muamar Kadhafi, con el propósito de detener la sangrienta represión en el país.

Los quince países miembros del Consejo de Seguridad iniciaron las consultas poco antes de las 12:00 horas locales (14:00 en Chile). Diascuten un proyecto de resolución redactado por los países occidentales que advierte a Kadhafi que podría ser juzgado por crímenes contra la humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI).

El proyecto de resolución prevé un arsenal de sanciones, entre ellas un embargo sobre la venta de armas a Libia, la prohibición de los viajes del coronel Kadhafi y el congelamiento de sus haberes. Su familia, varios ministros y responsables militares están también en la lista.

En cuanto al embargo armamentístico, el borrador contempla todas las ventas y tranferencias de toda categoría de armas y municiones, así como la asistencia militar a Libia.

El proyecto de resolución prevé igualmente adoptar medidas “para garantizar una asistencia humanitaria rápida y segura a quienes lo necesitan”.

El borrador destaca que “los ataques sistemáticos que tienen lugar actualmente en Libia contra la población civil podrían equivaler a crímenes contra la humanidad”.

Por eso, según el texto estudiado, el Consejo “decide remitir la situación en Libia desde el 15 de febrero de 2011 al fiscal de la Corte Penal Internacional”, y pide a Libia cooperar plenamente con la CPI, con sede en La Haya.

La idea de solicitar a la CPI que investigue los crímenes contra la humanidad no tenía un apoyo unánime. Según diplomáticos, China, Rusia, Sudáfrica, India, Brasil y Portugal mostraron reticencias.

El embajador de Libia ante la ONU, Abdurrahman Shalgam, quien el viernes retiró su lealtad a Muamar Kadhafi, envió este sábado una carta al Consejo de Seguridad en la que dice apoyar el recurso a la Corte Penal Internacional.

Por su lado, el embajador francés ante la ONU se declaró optimista.

“Me sorprendió que existiera tal consenso de puntos de vista entre los miembros del Consejo. Es un terremoto. Algo pasa, no solamente en el mundo árabe, sino en esta organización”, destacó el embajador Gérard Araud.

“La atmósfera en el seno del Consejo cambió totalmente. Ayer había una comunidad total de puntos de vista en el Consejo respecto de las sanciones”, dijo. “Nadie cuestiona las sanciones, pese a que francamente se trata de un asunto interior” de Libia, agregó ante la prensa.