El Arsenal intentará el domingo (16.00 GMT) poner fin a casi seis años sin títulos conquistando la Copa de la Liga, un trofeo menor del fútbol inglés, en cuya final parte como claro favorito, frente al Birmingham en el estadio londinense de Wembley.

Los ‘Gunners’ no han levantado un trofeo desde la Copa de Inglaterra de 2005, pero los datos de su rival son aún peores, ya que su último título se remonta a la Copa de la Liga de 1963.

El Arsenal atraviesa además un momento dulce. Tras adelantarse 2-1 al Barcelona en los octavos de la Liga de Campeones, su triunfo por 1-0 sobre el Stoke el miércoles permitió al equipo del francés Arsène Wenger colocarse a sólo un punto del líder Manchester United en la Premier League.

Esta victoria frente al Stoke tuvo, por contra, serias consecuencias en forma de lesiones, con el español Cesc Fábregas dañado en los isquiotibiales y el atacante Theo Walcott en un tobillo. Ambos son baja para esta final.

“Tenemos un plantel que nos permite hacer frente a estos problemas, lo hemos demostrado en los últimos meses”, comentó Wenger, que no dudó en rondas anteriores de la Copa de la Liga en recurrir a los teóricos suplentes, como es habitual por otra parte en los ‘grandes’ de Inglaterra en este torneo.

Una victoria en la final del domingo supondría la tercera Copa de la Liga para el Arsenal, tras las conquistadas en 1987 y 1993, y la primera de la ‘era Wenger’. Pero los jugadores del equipo son conscientes de que se trataría sólo de un aperitivo, ya que la prioridad está en la Premier y la ‘Champions’.

“Esto puede darnos confianza para los otros trofeos a los que aspiramos”, dijo el entrenador francés del Arsenal, admitiendo que no deja de pensar en los próximos compromisos del equipo.

En ausencia de Cesc Fábregas, será el holandés Robin Van Persie quien lleve el brazalete de capitán y el francés Samir Nasri será el encargado de la creación ofensiva.

El también francés Laurent Koscielny, recuperado de una lesión, podría liderar una defensa ’100% bleu’, con Gaël Clichy y Bacary Sagna como laterales y Sébastien Squillaci como su compañero en el centro de la zaga.

El Birmingham, decimoquinto de la Premier League, se presentará en Wembley con el cartel de víctima, pero con el reto de seguir la tradición de esta competición y dar la sorpresa.

En las dos últimas ediciones, el campeón fue el Manchester United, actual líder del campeonato inglés y que en esta ocasión fue eliminado en cuartos, tras caer goleado 4-0 por el West Ham.