El Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó este viernes una resolución reclamando la suspensión de Libia como miembro del organismo, así como una investigación independiente sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen de Muamar Gadafi.

La resolución propuesta por la Unión Europea durante la 15ª sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos sobre Libia fue adoptada por consenso por los 47 miembros del Consejo con sede en Ginebra. El lugar que ocupa habitualmente Libia estuvo vacío durante la reunión.

Por primera vez en su historia, el Consejo se pronunció sobre la situación de uno de sus miembros para el que reclamó también por primera vez la suspensión. Libia es miembro de la organización desde mayo de 2010.

La resolución del Consejo es sólo una recomendación, la decisión final recae a la Asamblea General de la ONU cuya próxima reunión está prevista para el 1 de marzo en Nueva York.

El texto pide también que “una comisión de investigación independiente conducida” por la ONU se dirija al terreno para censar las violencias que podrían ser asimiladas a “crímenes contra la humanidad”.

Al abrir la sesión la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, denunció las “masacres, detenciones arbitrarias, detenciones y torturas de manifestantes”.

“En abierta y continua violación de las leyes internacionales, la represión de manifestaciones pacíficas en Libia se intensifica de forma alarmante”, declaró Pillay. “De acuerdo con ciertas fuentes, puede haber miles de muertos o heridos”, agregó.

“Los ataques masivos y sistemáticos contra la población podrían compararse con crímenes contra la humanidad”, subrayó enérgicamente la ex juez sudafricana.

Pillay señaló la responsabilidad directa del régimen de Muamar Gadafi en esta situación que calificó de producto “del desprecio total por los derechos y la libertad de los libios que caracterizó las cuatro décadas en las que el actual régimen ha estado en el poder”.

“La población civil sufre una violencia brutal, ciega e indignante que alcanza proporciones indescriptibles”, afirmó el embajador de Francia Jean Baptiste Mattéi.

Frente a “estos acontecimientos indignantes (…) el Consejo no puede guardar silencio”, insistió el embajador húngaro a nombre de la Unión Europea.

Los actos violentos ocurridos desde el 15 de febrero con el fin de acallar la revuelta popular han sido ampliamente denunciados por los miembros del Consejo, entre ellos la Unión Europea, Estados Unidos, el grupo árabe y la Organización de la Conferencia Islámica.

El régimen libio, fuertemente cuestionado por su pueblo, será objeto de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York donde se abordará la posibilidad de sanciones.