La policía neozelandesa señaló el jueves una docena de casos de robos o saqueos en Christchurch, en casas abandonadas por sus habitantes tras el potente sismo del martes que dejó al menos 98 muertos.

La policía va a recorrer la ciudad y sus suburbios con numerosas patrullas y hacer respetar el toque de queda, indicó el comandante de la policía del distrito de Christchurch, Dave Cliff.

Policías australianos y soldados neozelandeses van a ayudar en esta vigilancia, añadió, indicando que quieren “garantizar que estas patrullas vigilarán activamente a cualquiera que intente aprovechar en forma criminal lo que acaba de ocurrir”.

El acceso al centro de Christchurch, la parte más sacudida por el sismo debido a sus altos edificios, ha sido completamente prohibido desde el martes para facilitar las labores de rescate y evitar los pillajes.

“No queremos dejar este lugar accesible a los buitres que piensan que (este sismo) es simplemente una ocasión de obtener lo que quieren”, declaró el alcalde de la ciudad, Bob Parker.

El sismo de magnitud 6,3, el más mortífero en los últimos 80 años en Nueva Zelanda, ocurrió el martes a 5 km de Christchurch, segunda ciudad del país y a sólo 4 km de profundidad. Dejó al menos 98 muertos y 226 desaparecidos, según el último balance policial.