A pocos días de recordar un año del terremoto, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) sigue implementando cambios para mejorar los sistemas que fallaron durante la alerta de tsunami del 27 de febrero.

Una de las principales preocupaciones del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) es incorporar equipos para detectar tsunamis provocados por sismos cercanos como el que ocurrió durante la madrugada del 27 de febrero del año pasado.

Es que actualmente Chile sólo cuenta con tecnología para localizar maremotos causados por sismos lejanos al territorio de nuestro país. Se trata de una Boya DART que opera frente a las costas de Pisagua.

Pero, dentro del presupuesto de 4 mil millones de pesos que tiene la Armada para readecuar los sistemas de alerta en un plazo de 5 años, está contemplada la compra de una segunda boya. El precio de este instrumento bordea el millón de dólares y la idea es que incorpore sistemas para detectar tsunamis originados por movimientos telúricos cercanos.

Así lo precisó en entrevista exclusiva con La Radio el director del SHOA, capitán de navío Patricio Carrasco, quien además destacó la conducta de autoevacuación de la población en los últimos sismos de enero y febrero de este año.

En recursos humanos, el personal que opera en las dependencias del Sistema Nacional de Alarma de Maremotos se incrementó en 15 funcionarios capacitados en diferentes áreas, entre ellas el idioma inglés. Igualmente, se integró un turno de 24 horas con dos operadores, un jefe de servicio y un oceanógrafo

Además, para mejorar las comunicaciones entre el SHOA y la Onemi, el pasado 1 de febrero se firmó un protocolo entre ambas entidades. Tal como lo explicó a La Radio el capitán de navío Patricio Carrasco.

A diferencia de lo que ocurría antes de la catástrofe del 27 de febrero, el SHOA y la Onemi realizan pruebas diariamente para verificar el funcionamiento de los sistemas de comunicación.