En el concurso de belleza canina del Club Westminster de Nueva York, dominado por los candidatos con melenas al estilo de estrellas de rock, Coal se destaca como un nudista en una iglesia: es calvo.

Con cuatro años, el crestado chino mueve la cola y trota como un perro. Pero a diferencia de los otros representantes de las 178 razas en competencia, Coal (carbón) y sus primos casi no tienen pelo.

Motas de pelo adornan sus patas, la parte superior del cráneo y su cola, pero el resto no está cubierto por nada, lo que lo hace ver como alguien con botas y sombreros que hubiera olvidado ponerse el resto.

Los dueños de Coal lanzan gritos de aliento mientras un presentador pasea al pequeño animal, desnudo y temblando, por el puente de Madison Square Garden.

“Parece más un pony. El se porta más como un pony”, dijo Dwight Eubanks, encargado de llevar al perro.

Peluquero profesional, Eubanks dice sentirse atraído por el pelo desde siempre, pero que aun así ama a este perro por el coraje de caminar desnudo.

“Son únicos. Son muy exóticos”, destaca.

El espectáculo del Club de Westminster, lanzado en 1877, reivindica ricas tradiciones como el del pelo fino de las mascotas.

Ya sea el esplendor hirsuto de los galgos afganos o el abrigo de pelo del pastor inglés, el pelo y su conservación son una obsesión para los dueños y criadores de estos cuadrúpedos.

Si el ejemplar chino llega a romper esta tradición, un perro mexicano totalmente calvo, el Xoloitzcuintli, podría irrumpir el próximo año.

Esta especie fue registrada hace aproximadamente un mes en la lista oficial de razas puras por el American Kennel Club (Kennel Club).

Con su piel suave y su nariz de murciélago, el xoloitzcuintli parece estar aún lejos de arrebatar el podio de las estrellas a los glamorosos labrador o beagle.

Pero la calvicie puede ser bella, dicen entusiasmados los propietarios del crestado chino, una especie hipoalergénica.

“Mi amigo tiene alergias y yo viajo mucho. Así que yo quería un perro que estuviera siempre bajo un asiento de avión”, dijo Mercedes Vila, acunando a su mascota Butters, de piel marrón con vetas rosas que al tacto parece como un traje de buzo.

Un perro sin pelo también requiere de cuidados. “Se necesita cuidar su piel. Aplicar una loción y bañarlo”, dice Vila.

De hecho, los perros sin pelo no lo son del todo. Los expertos los dividen en “calvos auténticos” y “calvos con pelo”. Estos últimos deben ser rasurados con frecuencia para mantener su aspecto ultra-depilado.

Mientras se ocupa de su perro de montaña de los Pirineos, un animal macizo de piel espesa, Joanne Thibault dice que prefiere tener donde meter su grueso peine.

“Me gusta mucho peinar”, explica la joven de 17 años, y cuando se imagina los cuidados que requieren los competidores calvos tuerce el gesto.

“Toda esta piel desnuda…Pienso que esto sería incómodo”, afirma.