Entre el hartazgo y el humor, los jóvenes belgas llamaron a la revolución de las ‘papas fritas’, el ‘snack’ nacional por excelencia, para pedir a sus líderes que pongan fin a la crisis de vacío de poder en el país que el jueves igualará el récord mundial de Irak de 249 días.

Museo de la Papa | frietmuseum.be

Museo de la Papa | frietmuseum.be

Tras las sonadas iniciativas apelando a no afeitarse o a una huelga de sexo, los belgas planean para el jueves desde el reparto gratuito de papas fritas hasta un ‘striptease’ colectivo, todo ello para reclamar de una vez por todas la formación de un gobierno, ocho meses después de las elecciones legislativas.

Bélgica, un país de 11 millones de habitantes, alcanzará el jueves un récord mundial al cumplir 249 días de crisis política, los mismos que Irak tuvo que esperar el año pasado para que chiitas, sunitas y kurdos lograran un acuerdo para componer un ejecutivo que asumió sus funciones 40 días después.

El reino ya ostenta el poco envidiable récord de Europa, cuando a los 208 días batió la marca que Holanda registró en 1977.

Desde las elecciones legislativas del 13 de junio, un sinfín de rondas de negociaciones y cinco mediadores han sido nombrados por el rey Alberto II para facilitar un acuerdo entre los siete partidos llamados a formar un gobierno.

En vano. Las formaciones, cuatro flamencas y tres francófonas, siguen sin acercar posiciones, reflejo de las divisiones profundas que separan ambas comunidades, que en el día a día viven cada vez más ajenas la una de la otra.

El último mediador nombrado por el monarca, el ministro de Finanzas interino, Didier Reynders, dispone hasta el viernes para hallar un compromiso. Si fracasa, como todos sus antecesores, el hilo sobre el que pende el futuro de la unidad de Bélgica se estrechará un poco más.

Para los estudiantes belgas, tanto de Flandes (norte) como de Valonia (sur, francófona), es hora de lanzar la revolución de las papas fritas.

“¡Ya tenemos bastante de juegos políticos!”, afirmó a la AFP uno de los organizadores, Kliment Kostadinov. “Tiene que haber un gobierno rápidamente y una reforma de las instituciones adecuada para todos los belgas”, reclamó.

“¡Estamos hartos de los políticos que buscan que nos enfrentemos! Queremos que nuestra voz sea escuchada contra esta lógica de división”, reza el sitio web de la campaña “No en nombre de los jóvenes” que promueve Kostadinov.

La jornada de protestas del jueves contará con una gran fiesta al aire libre en la ciudad de Amberes, un ‘flashmob’ –una concentración rápida de personas para una actuación inusual– en Lieja, el reparto gratuito de patatas fritas en Lovaina y hasta el ‘striptease’ colectivo de 249 personas en Gante.

Los organizadores recibieron el apoyo de los cinco jóvenes promotores de la mayor manifestación contra la crisis política hasta ahora, que reunió a 35.000 personas a fines de enero en Bruselas en la llamada “Marcha de la vergüenza”.

Paralelamente, ‘una acampada’ virtual en internet iniciada el mes pasado sigue ganando terreno, con casi 152.000 firmas en www.camping16.be que reclaman a los líderes políticos que devuelvan el dinero que percibieron desde junio de 2010 si no hallan un compromiso en 100 días, un plazo que expirará dentro de 64.