Cuba liberó este viernes al preso político Eduardo Díaz, quien rechazó el exilio en España, con lo que quedan nueve por excarcelar de 52 opositores que el Gobierno se comprometió con la Iglesia a sacar de prisión, informó a la AFP la esposa.

“Llegó en este mismo momento. Ayer jueves el cardenal Jaime Ortega lo llamó para decirle que iba a quedar libre. Hoy lo trajeron tres oficiales de la seguridad”, dijo Margarita Deulofeu, quien precisó que su esposo se hallaba atendiendo a amigos y vecinos en su casa en Consolación del Sur, Pinar del Río, 130 km al oeste de La Habana.

La liberación de Díaz Fleitas, un agricultor de 59 años preso en 2003 y quien cumplía 21 años de condena, no fue anunciada previamente por la Iglesia y ocurre una semana después de que salió de prisión el primero de 11 opositores que se niegan a partir a España, reactivándose el proceso de excarcelaciones, trabado desde noviembre.

“Ya tengo a mi esposo aquí. Estamos emocionados, esta espera nos ha tenido tensos. El padece de presión, está un poco nervioso, emocionado por la acogida que le están dando los vecinos”, añadió la mujer.

La liberación de los 52 es la mayor en más de una década -desde la visita del Papa Juan Pablo II en 1998- y es fruto de un histórico diálogo celebrado en mayo pasado entre Raúl Castro y el cardenal Ortega.

Los 52 disidentes quedaban presos de un grupo de 75 condenados en 2003 a penas de cárcel de seis a 28 años, y considerados “presos de conciencia” por Amnistía Internacional.

Desde julio, que comenzó el lento proceso de excarcelaciones, el Gobierno liberó de ese grupo a 40 reos que aceptaron viajar a España, uno se quedó en Cuba y otro, que salió de prisión el pasado viernes, espera viajar a Estados Unidos. Al grupo ahora se suma Díaz Fleitas.

Otra quincena de presos, fuera de ese grupo y condenados por delitos de piratería de embarcaciones y otros delitos, fueron excarcelados mediante la gestión de la Iglesia.

La ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDHRN) señala que aún queda un centenar de prisioneros políticos en Cuba, pero La Habana rechaza que existan presos políticos y tilda a los disidentes de “mercenarios” de Estados Unidos.