Indígenas, pobladores y ambientalistas entregaron el martes en Brasilia casi medio millón de firmas, pidiendo a la presidenta Dilma Rousseff que cancele la construcción de la gigante represa Belo Monte en la Amazonía, que acaba de recibir la licencia para comenzar las obras.

“No queremos Belo Monte, esa gran construcción traerá mal a nuestros pueblos y nuestros bosques en el rio Xingú”, dijo el líder indígena Raoni, con sus plumas amarillas en la cabeza, la cara cubierta con las tradicionales pinturas roja y negra y una gran semilla alargando su labio inferior, quien a menudo compartió el palco con el cantante Sting en
defensa de la Amazonía.

Los cerca de 200 líderes locales y representantes de organizaciones ambientalistas entregaron a la Presidencia brasileña el paquete de firmas contra la represa y sus reclamos.

La hidroeléctrica, aprobada por el presidente Lula da Silva en 2010, acaba de recibir luz verde de Medio Ambiente para iniciar las obras. Pero en el corazón del estado amazónico de Pará, donde será construida, levanta gran oposición de los pobladores.

Tras fracasar ante el anterior gobierno, organizaciones, indígenas y pobladores se han unido en una “Alianza en Defensa de los Rios de la Amazonía” para presionar a la nueva presidenta brasileña contra Belo Monte y para que remedie los daños de otras hidroeléctricas en construcción.

“Dilma (Rousseff), respeta a los seres humanos que están en la Amazonia”, gritó una de las manifestantes que presentaron sus firmas en Brasilia.